Hirscher busca póquer inédito en la Copa del Mundo, que espera a Lindsey Vonn

Adrian R. Huber

Madrid, 24 oct.- El austriaco Marcel Hirscher, triple ganador, buscará un póquer inédito en la Copa del Mundo de esquí alpino, en la que su compatriota Anna Fenninger defiende título a partir de este sábado en el glaciar tirolés de Sölden (Austria), en una competición que espera con ansias el retorno de la lesionada Lindsey Vonn, su estrella más mediática.

Hirscher, de 25 años, emuló el curso pasado al italiano Gustav Thöni (ganador las campañas 1971-73), al sueco Ingemar Stenmark (76-78) y al estadounidense Phil Mahre (81-83), únicos que habían encadenado tres triunfos en la competición de la regularidad.

Si el salzburgués vuelve a ganar la Copa esta temporada, igualará las cuatro victorias finales de Thöni -que a las anteriores añadió otra en 1975-, del suizo Pirmin Zurbriggen (1984, 87, 88 y 90) y del austriaco Hermann Maier (1998, 2000, 01 y 2004). Pero sería el primero en ganar cuatro veces seguidas una competición cuyo récord absoluto detenta Marc Girardelli, nacido en Lustenau (Austria), pero que triunfó para Luxemburgo: en 1986 repitió la victoria de la temporada anterior y volvió a ganarla en 1989, 91 y 93.

Hirscher se impuso el curso pasado con 1.222 puntos, 131 más que el noruego Aksel Lund Svindal, que, sobre el papel, se presentaba de nuevo como su principal rival al título, pero que el pasado domingo se rompió el tendón de Aquiles izquierdo de la forma más absurda -jugando con sus compañeros de equipo con un balón de voleibol-.

Las primeras noticias apuntaban a que Svindal -que se lesionó en Sölden y fue operado en Innsbruck, la capital del Tirol, el mismo domingo- se perdería toda la campaña, aunque parece que el noruego, oro olímpico, quíntuple campeón mundial y doble ganador de la Copa del Mundo (en 2007 y 2009), hará lo posible para competir en los Mundiales de Vail (Colorado, EEUU), que en febrero serán el otro gran objetivo de todas las estrellas del deporte rey universal.

Hirscher intentará ganar, en casa, el gigante del domingo, día de la Fiesta Nacional austriaca, que intentará aguar el estadounidense Ted Ligety, dominador durante los últimos años de esa disciplina, de la que es doble campeón mundial y en la que ganó oro en los pasados Juegos de Sochi (Rusia).

Con la ausencia de Svindal, Ligety -que en los Mundiales de Schladming (Austria), en 2013, en los que fue el gran triunfador y también ganó los títulos de supergigante y supercombinada- pasa a ser el teórico rival de Hirscher. Que deberá vigilar al francés Alexis Pinturault y al noruego Kjetil Jansrud, sin olvidar nunca, ni siquiera a pesar de sus 37 años, al genial Bode Miller -campeón olímpico y cuádruple campeón mundial- que ha logrado 33 victorias para Estados Unidos en esta competición, que ganó en 2005 y 2008.

Hirscher firmó el cuarto doblete de la historia para Austria -donde el esquí alpino es el deporte rey- junto a su paisana salzburguesa Anna Fenninger, última ganadora de la Copa del Mundo femenina, que espera ansiosa el regreso de Lindsey Vonn, programado para diciembre en Lake Louise (Canadá).

Vonn, de 30 años, cuádruple ganadora de la gran Bola de Cristal -en 2008, 09, 2010 y 2012- se rompió los ligamentos cruzado anterior y medio de la rodilla derecha durante los Mundiales de Schladming y, tras dos operaciones y nueve meses sin pisar nieve, volvió a hacerlo hace un par de semanas en Sölden, donde no competirá este sábado.

La novia del golfista Tiger Woods -asimismo campeona olímpica y doble campeona mundial- anunció que no regresará, en un principio, hasta principios de diciembre, cuando se disputen los descensos de Lake Louise, su 'estación talismán', en la que logró la primera y en total hasta catorce de sus 59 victorias en Copa del Mundo.

Si Vonn estará en disposición de luchar por el título está por ver, pero nadie duda de que la de Minesota tiene entre ceja y ceja el récord de victorias (62) de la austriaca Annemarie Moser-Pröll, gran campeona de los años 70, plusmarquista absoluta de triunfos finales: seis. De ellos, cinco seguidos (1971-75). El otro, en 1979.

Fenninger comenzará la defensa de su título este sábado en el Rettenbachgletscher de Sölden sin la oposición de la ilustre alemana Maria Riesch, que la pasada temporada acabó segunda (a 191 puntos) y que, tras añadir en Sochi un tercer oro olímpico a los dos que había ganado en Vancouver (Canadá), cuatro años antes; y después de dos títulos mundiales y 27 triunfos en la Copa del Mundo -que ganó en 2011- anunció su retirada a finales del pasado curso.

Tampoco seguirá la austriaca Marlies Schild, la gran dama del eslalon, disciplina en la que batió el récord de la suiza Vreni Schneider, dejándolo en 35 victorias y en la que cedió de forma simbólica el testigo a la joven estadounidense Mikaela Shiffrin, que con 19 años ya es campeona olímpica y mundial y doble ganadora de la Copa de la modalidad. Que apunta más alto y, aparte de en gigantes, también disputará supergigantes.

Con lo cuál se inscribe en una lista de candidatas en la que también se encuentran su compatriota la espectacular Julia Mancuso -la esquiadora alpina estadounidense más laureada del olimpismo-, la suiza Lara Gut y Tina Weirather, de Liechtenstein, que apuntaba muy alto la campaña pasada, antes de lesionarse en el entrenamiento para el descenso olímpico de Sochi, en Rosa Khutor.

En Sölden también estará la andaluza de origen chileno Carolina Ruiz, única española que ha ganado un descenso de Copa del Mundo (el de Meribel, Francia, en 2013), que afronta la que presumiblemente será su última temporada en activo, según comentó a Efe la propia interesada. Su marido, el italiano Andrea Vianello, que también fue 'skiman' de Mancuso, ha vivido en primera línea los grandes éxitos de la eslovena Tina Maze, cuyos esquís pone a punto con maestría.

Maze, de 31 años, que hace dos años arrasó en Copa del Mundo, fue la triunfadora de en Sochi, donde ganó oro olímpico en descenso y en gigante. Disciplina en la que buscará este sábado su cuarto triunfo en Sölden, donde logró el primero de sus 23 triunfos. En una temporada en la que no tiene nada que perder. Y mucho que ganar.