El titular de La Gazzetta dello Sport era claro: "Sálvese quien pueda". Pero la fortuna no ha sonreído ni a Gian Piero Gasperini ni a Luis Enrique. Triste empate a cero entre Inter de Milán y Roma, lo que mantiene a ambos equipos otra jornada en la zona baja de la Serie A. Y de paso, aumenta la presión sobre los dos técnicos una semana más.
El duelo entre Inter y Roma, uno de los más esperados del campeonato, venía precedido por el mal arranque de ambos equipos. Los dos con nuevo entrenador, Gasperini y Luis Enrique, respectivamente. Los dos cuestionados. Ya de por sí lleno de tensión por la necesidad de unos y otros, el encuentro venía precedido por unas declaraciones de Mauro Zárate contra el entrenador asturiano y Francesco Totti en el Corriere dello Sport.
El partido ha estado marcado por la brutal patada de Lúcio a Maarten Stekelenburg. El portero romano, inconsciente, ha tenido que ser retirado en camilla y se le ha sometido a un TAC en el Hospital San Carlo de Milán. Afortunadamente, volvió en sí antes de que el partido llegara al descanso.
En ese primer tiempo, la oportunidad más clara la ha tenido el japonés Nagatomo, que pudo haber puesto por delante al Inter con un potente derechazo que se marchó alto. Milito, ya en la reanudación, falló un cabezazo a bocajarro.
Luis Enrique, en una controvertida decisión, cambió a Pizarro, que estaba realizando un gran encuentro, por el equilibrio de Gago en el centro del campo. Gasperini, entre los pitos del Giuseppe Meazza, hizo lo propio minutos después al sustituir Forlán por Muntari. Pese al dominio y las ocasiones del Inter en los últimos minutos, con un gran Wesley Sneijder, el marcador no se movió. La Roma se dejó la piel en defensa y obtuvo un punto que de poco les sirve.
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