James Rodríguez ha recibido el castigo más severo por parte de la Delegación del Gobierno. El futbolista del Real Madrid deberá pagar una multa de 10.400 euros por su incidente de Año Nuevo, en el que tras ser perseguido por la Policía a 200 kilómetros por hora, se negó a detener su vehículo ante la insistencia de la patrulla, según informa 'ABC'.
Los agentes de la Policía persiguieron al futbolista no solo porque superaba los límites de velocidad establecidos, sino también porque pensaban que podía tratarse del robo de un vehículo con fuga incluida.
A pesar de que la patrulla desplegó la sirena y varias señales luminosas para alertar a James de que debía pararse, el futbolista hizo caso omiso y entró en las instalaciones del Real Madrid.
Después de discutir con la seguridad privada de los blancos, la Policía pudo hablar con James y este explicó que no se detuvo porque pensaba que era un secuestro, algo común en su país de origen, Colombia.
El incidente le abrió dos procesos penales. La multa de 10.400 euros corresponde a una infracción grave por desobediencia o resistencia a la autoridad, pero todavía está por determinar su presunto delito contra la Seguridad del Tráfico.
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