Jesé, Neymar, Barral, Luis Enrique y Diego Álves

  • -- JESÉ RODRÍGUEZ.

Roberto Morales

Madrid, 16 feb.-

-- JESÉ RODRÍGUEZ.

Un futbolista que asegura abiertamente que su meta es ser 'Balón de Oro' ya muestra una carta de presentación diferente a la mayoría. Así es Jesé. Pasa de ser promesa a realidad del fútbol español con la misma velocidad que exhibe cada vez que entra en contacto con el balón en un terreno de juego. La perla de la cantera madridista no para de deslumbrar. Un futbolista diferente que ha derribado la puerta del primer equipo y ha acabado con la teoría del club de que para triunfar primero hay que crecer fuera.

José Mourinho le ignoró. Más bien por su carácter díscolo que por su fútbol. Carlo Ancelotti comenzó poniéndole freno, midiendo al máximo sus minutos, pero acaba rendido a la evidencia. Cada vez que Jesé juega marca o asiste. Responde con tantos sus titularidades. Siempre desequilibra y genera peligro. Su crecimiento hace sonar voces que piden la llamada de la selección. Piden calma los que le rodean y él no asusta. Está preparado para un nuevo reto. En la España campeona del mundo y Europa no hay otro jugador con sus características.

-- NEYMAR.

Su ausencia durante un mes por lesión coincidió con la polémica del verdadero precio de su traspaso, que acabó costando el puesto de presidente a Sandro Rosell. A Neymar sólo le importa el fútbol y demostró en su regreso que nada de lo que se hable le afectará. Como si no hubiese estado lesionado, saltó al césped y mostró sus cualidades. Cerró la goleada al Rayo Vallecano con un golazo que levantó el Camp Nou.

Ante ese mismo rival en otro estadio, en Vallecas, ocurrió la misma situación en una goleada del Barcelona. Aquel día el protagonista de la celebración fue el brasileño Dani Álves. El capitán Carles Puyol se recorrió todo el campo para cortar su baile y reprocharle el acto en un estadio dolido por la derrota de su equipo. No hizo lo mismo con Neymar, que hizo el sexto y se marcó un baile con su compatriota que más de uno lo interpreta como una desconsideración con el rival. Su intención nunca sería esa. Neymar disfruta del fútbol y la vida. Pase lo que pase.

-- DAVID BARRAL.

Es el jugador con más sentido del humor de toda la Liga BBVA. Sus redes sociales tiran por tierra la oficialidad que desprenden el resto de cuentas de profesionales. Tanto, que es capaz de hacer correr un vídeo cantando y bailando Camela en el vestuario tras un triunfo, para enfado de su entrenador Joaquín Caparrós.

Le pegó un tirón de orejas en rueda de prensa pero le puso a jugar ante el Almería y el delantero respondió. Barral enganchó un centro con la derecha, en una volea imparable para Esteban tras acomodar el cuerpo a la perfección. El cántico habitual de El Molinón, "dásela a Barral", se trasladó al Ciudad de Levante. El andaluz no parará de sonreír y hacer reír con un chiste, un baile o sus goles que dejan al Levante a puertas de Europa.

-- LUIS ENRIQUE.

Entre la imagen sonrojante para el fútbol español en El Madrigal, donde un bote de gas sembró el miedo, obligó a parar el partido y desalojar el estadio, apareció un equipo trabajado como el Celta de Vigo que ha comenzado a recoger el fruto del trabajo realizado por un técnico con buen gusto por el fútbol como Luis Enrique.

A buen seguro es el técnico más extravagante de la Liga BBVA, con sus métodos extraños de entrenamiento (alguno lo dirige subido a una torre), siempre con sus gafas de sol de maratoniano acude en bici a A Madroa y está más fino que varios de sus futbolistas. Pero por encima de todo aparece un entrenador que muestra haber aprendido de la filosofía del Barcelona. Gusto por el toque y el fútbol ofensivo, exprimiendo al máximo las cualidades de un grupo de jugadores a los que tiene a tope de su potencial físico. Tras su paso irregular por Italia, vuelve a demostrar en España sus virtudes. Pronto tendrá la oportunidad de demostrarlo en un grande.

-- DIEGO ÁLVES.

Si hay un portero especializado en parar penaltis ese es el brasileño Diego Costa. Pueden dar buena cuenta de ello los dos mejores jugadores del mundo, el portugués Cristiano Ronaldo y el argentino Lionel Messi, a los que es muy extraño ver perdonar una pena máxima.

Pero Diego Álves es mucho más que un 'parapenaltis'. Dio un punto a un Valencia con diez jugadores en el Sánchez Pizjuán, imponiéndose siempre en el pulso que mantiene con Vicente Guaita, acompañado en sus guantes por la imagen de la Virgen de Aparecida como fiel creyente que es. En la semana en la que se quedó fuera de la penúltima lista de Brasil antes del Mundial que sueña con jugar en su país, volvió a demostrar sus virtudes.

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