Kyrie Irving, el MVP del Mundobasket nacido en Australia que tiene que ayudar a LeBron a ser campeón con Cleveland

    • El base de los Cavaliers, número uno del draft de 2011, se corona como el mejor jugador en Madrid tras una enorme final.
El escolta estadounidense Kyrie Irving
El escolta estadounidense Kyrie Irving

A sus 22 años, Kyrie Irving se coronó como MVP del Mundial de España. Lo hizo tras una gran final en la que lideró a Estados Unidos hacia la victoria con 26 puntos después de anotar seis de seis en triples y sólo fallar tres tiros de campo en un partido para enmarcar. Añadió cuatro asistencias y fue el mejor de un equipo que ha aplastado a todos sus rivales.

Nacido en Australia, su carrera siempre estuvo predestinada para la primera plana. Tras una carrera colegial impresionante, jugó para el Coach Mike Krzyzewski en la prestigiosa Universidad de Duke. Un año en el baloncesto universitario le sirvió para ser elegido en la primera posición del draft de la NBA por los Cleveland Cavaliers en 2011. En su segunda y tercera temporada ya fue elegido para el All Star y en el último partido de las estrellas fue nombrado MVP del encuentro de las estrellas.

Como ha demostrado en el Mundial, Irving es una bomba, un base con un repertorio ofensivo bestial y un caudal anotador absoluto. En sus tres temporadas en la NBA promedia 20 puntos por noche, a los que hay que añadir casi seis asistencias.

En paralelo al equipo, sus promedios en el torneo han sido discretos (Estados Unidos es un equipo coral que democratiza los minutos) hasta explotar en la final. Si durante la cita ha promediado 12.1 puntos, en la final dobló su producción anotadora.

Ya consagrado en la élite de los bases en la NBA, y con el MVP del Mundial en la buchaca, se asoma a su cuarta temporada en la mejor liga del mundo con el aliciente mayúsculo, que les convirtió en inmediatos candidatos al anillo de contar con LeBron James en sus filas. De la batuta de Irving y su capacidad anotadora dependerán buena parte de las opciones de El Elegido de ser profeta en su tierra, algo que no consiguió en su primera etapa en Cleveland. Claro, que nunca tuvo un base de la talla de Kyrie Irving, que salió de Madrid coronado como el mejor jugador del torneo.

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