La afición del Barcelona vivió otra de sus grandes noches ante el Real Madrid

  • Pocos, por no decir nadie, hubieran apostado por un 5-0 antes de comenzar el partido. Pocos, por no decir ninguno de los 98.000 aficionados que abarrotaron el Camp Nou olvidarán lo sucedido en el Clásico del 29-N.
Barcelona v Real Madrid - La Liga
Barcelona v Real Madrid - La Liga
Óscar Rodríguez

El 'speaker' del Barça calienta el partido en los prolegómenos, aunque no hace falta que le ponga mucha intensidad: es un Clásico y la gente está dispuesta a todo. Muchos llevan desde primera hora en las inmediaciones del Camp Nou y lo han dado casi todo... pero aún tienen fuerzas para más.

Cantan el himno del Barça 'a capela', animan a los suyos, corean la alineación titular de Guardiola y pitan con todas sus ganas la que presenta Mourinho. Es la tradición, lo que hay que hacer sí o sí en cada partido, mucho más si es un Barça-Madrid y hay que poner el granito de arena.

Saltan los equipos y duelen las manos de tanto aplaudir... ¡qué nervios! Hasta en la tribuna de prensa se nota que no es un partido más: no sólo porque no haya un hueco libre, sino porque alguno se ha calzado la barretina de forofo y no lo disimula... ni falta que hace. Es la chispa del fútbol.

Comienza el partido: saltan chispas sobre el césped y también en la grada, que recuerdan a Cristiano dónde está jugando. Pronto llega el gol de Xavi para abrir el marcador y el Camp Nou se cae... Algún periodista extranjero, poco habituado a estos ambientes, habla de que se le han puesto los pelos de punta... ¡¡¡Es que es un Clásico!!!! ¿Nadie se lo dijo?

El 2-0 de Pedro después de una jugada estratosférica del Barça termina de convencer a los más miedosos de que están a punto de contemplar una de esas noches históricas que el fútbol regala de vez en cuando.

Mediada la primera parte comienzan los olés de una afición que sueña con volver a vivir la manita. Éste no es el Madrid que se esperaba en Barcelona y se palpa en el ambiente: han perdido el miedo al líder de la Liga y, si en algún momento hay que pitar para que Cristiano y los suyos sepan bien dónde están jugando, se hace por la vía rápida. Así sucede cuando a la media hora Ronaldo empuja en la banda a Guardiola y 'se lía la mundial' entre los jugadores y los banquillos. Alguna garganta está a punto de explotar acordándose del parentesco del portugués.

Llega el descanso con el 2-0 y con las caras ilusionadas de los 98.000 barcelonistas que abarrotan el Camp Nou. Aunque la cifra oficial hablará de 98.225, no hay que olvidar los dos centenares de seguidores blancos que vieron desde el gallinero del fondo sur la debacle de su equipo.

Los goles de la segunda parte vuelven a levantar de sus asientos a los azulgranas, a provocar 'olés' en la grada como sucedió en la primera parte y a pitar a Ronaldo, centro de toda la ira de los barcelonistas, cada vez que tocaba un balón. En 5 minutos, Villa puso a su equipo al borde de la manita y los aficionados ya soñaban con que el 5-0 era posible.

Todavía hay tiempo para más 'olés', para más aplausos por el juego y los taconazos de los suyos, por los cambios que permiten que las manos vuelvan a doler al decir adiós al mago Xavi y por, en resumen, un auténtico festival en clave azul y grana.

La noche está a punto de terminar, pero Jeffren consigue cerrar la manita soñada por todos. El estadio vuelve a explotar y los cánticos arrecian: "Madrid se quema, se quema Madrid", y "saluda Madrid, cabrón, saluda al campeón" son los más coreados, sobre todo tras la expulsión de Sergio Ramos en el descuento.

Iturralde pita el final y todos se abrazan: los jugadores en el césped, los aficionados en la grada, algunos periodistas en la zona de prensa... El Barça ha vuelto a hacer historia y nosotros hemos sido testigos.

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