El mundo árabe está convulso, y el último foco es Bahréin. El estallido de revueltas populares en este estado se ha cobrado ya varias vidas humanas, y tiene a varios gobiernos mundiales pendientes. El deporte no escapa a esto, y la primera medida ha sido suspender el Gran Premio de GP2 Series Asia. Con este precedente, planea en la Fórmula 1 la posibilidad de que la primera carrera de la temporada se anule o aplace.
Una de las opciones que baraja la Federación Interncional de Automovilismo (FIA) es adelantar el Gran Premio de Abu Dabi, previsto para el mes de noviembre y que sería el penúltimo de la temporada (el año pasado fue el que cerró el campeonato). A favor de este cambio es que la logística para las escuderías a la hora de transportar todo el material no sufriría grandes variaciones (por la distancia entre ambos), y que el horario para las televisiones es similar: ambas son carreras "de tarde" en los países donde se celebran, y en Europa se verían a las 13:00 y a las 14:00, respectivamente.
Ante esta posibilidad surgen algunas preguntas: ¿qué pasaría con los paquetes de viajes (billete de avión, hotel y entrada) que han comprado los aficionados? ¿serían devueltos? ¿o se pospondrían? Y en el caso de los equipos, ¿quién asumiría los costes derivados de estos cambios? Las respuestas a todas estas cuestiones, y una decisión al respecto del cambio o no de fechas, probablemente saldrán de los entrenamientos que este fin de semana se celebrarán en el Circuito de Catalunya.
De todas formas, Bernie Ecclestone, el patrón de la Fórmula 1, ha asegurado que será la próxima semana cuando se sabrá si se cancela el Gran Premio de Bahrein.
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