La odisea de Taylor, el británico que cogió 12 aviones y dos barcos para jugar con la selección de Montserrat

    • El delantero del Partick Thistle nació en Inglaterra, pero durante 11 días vivió el sueño de poder jugar con el país de sus antepasados.
    • Tuvo que coger 12 aviones y dos barcos para jugar la eliminatoria contra Curaçao en el camino al Mundial de Rusia 2018.
Lyle Taylor, el verdadero trotamundos del fútbol
Lyle Taylor, el verdadero trotamundos del fútbol
V.G.

No todo en el mundo del fútbol es fama, dinero y comodidades. Los jugadores, como la mayoría de los deportistas, tienen que pasar gran parte de sus días lejos de su familia debido a los largos viajes. Pero el caso de Lyle Taylor, delantero del Partick Thistle, fue especialmente sorprendente.

Nació en Inglaterra y ha pasado la mayor parte de su carrera deportiva en Escocia, pero tiene los orígenes en esta isla caribeña de Montserrat, donde nació su abuelo y vive parte de su familia. Lyle Taylor fue convocado recientemente por la selección 171 del ránking FIFA, compuesto por 209 selecciones. El territorio caribeño tiene el honor de estar por delante de potentes selecciones como las Islas Caimán, Vanuatu, Tibuti o Anguila, que cierra la lista.

Taylor aceptó la llamada de Montserrat, hizo la maleta y se lanzó a la aventura para debutar con la selección en la eliminatoria contra Curaçao, que dirige el exbarcelonista Patrick Kluivert, en el camino al Mundial de Rusia 2018. Una auténtica odisea, que cuenta en la edición digital del 'The Mirror'.

"Estuve 11 días y, en este tiempo, me subí en 12 aviones y dos barcos. Recorrí casi 15.000 kilómetros", rememora. Salió de Glasgow y pasó por Londres, Barbados, St. Martin y Antigua y Barbuda antes de llegar a Curaçao. Después, en el viaje de regreso, además pasó por St. Kitts and Nevis para llegar, desde Antigua, a Montserrat en barco.

Taylor marcó un gol en el partido de ida en Curaçao, donde Montserrat perdió por 2-1. En la vuelta, el resultado fue de empate a 2 y los caribeños quedaron eliminador. "He podido representar a mi país y la cara de felicidad que vi en mi familia no se paga con dinero", contaba orgulloso.

"Hay muchas peronsas que no conocen la historia de la isla. Han pasado 20 años desde que el volcán Soufrière Hills cubriera de ceniza prácticamente todo el territorio. Fui a la excursión al volcán y vi como era la capital. Ahora parece literalmente una concha", explica.

El viaje fue duro, pero para Taylor "viajar no me quitará la ilusión. Me han dado la oportunidad de representar al país de la familia de mi papá. No había posibilidades de que rechazara esto. Es igual que para un jugador que recibe la llamada de una de las grandes selecciones. Muy pocos jugadores tienen la oportunidad de jugar por sus países", concluye el británico con corazón caribeño.

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