La venganza de Samuel: diez años después, vuelve al Bernabéu

  • Walter Samuel, aquel central que llegó al Real Madrid en la temporada 2004/2005 como el enésimo intento de Florentino Pérez de suplir con garantías la ausencia de Fernando Hierro, volvió a pisar el césped del Santiago Bernabéu casi una década después con el Basilea suizo, su actual club y con el que mañana se enfrentará al conjunto blanco con la intención de conseguir una dulce venganza.

Juan José Lahuerta

Madrid, 15 sep.- Walter Samuel, aquel central que llegó al Real Madrid en la temporada 2004/2005 como el enésimo intento de Florentino Pérez de suplir con garantías la ausencia de Fernando Hierro, volvió a pisar el césped del Santiago Bernabéu casi una década después con el Basilea suizo, su actual club y con el que mañana se enfrentará al conjunto blanco con la intención de conseguir una dulce venganza.

Durante los quince minutos que pudo presenciar la prensa el entrenamiento de la escuadra que entrena el portugués Paulo Sousa, se vio al defensa argentino corriendo por el que fue su campo hace casi diez años, concretamente 3.398 días, o lo que es lo mismo, nueve años, tres meses y diecinueve jornadas.

La última vez que jugó en el estadio madridista lo hizo un 28 de mayo de 2005, ante el Zaragoza, en la última jornada de una Liga a la que llegó como la gran esperanza del club, que necesitaba dar con la tecla en la zaga tras la marcha de Hierro. Fue uno más de los muchos que pasaron por un puesto que por fin encontró un par de dueños de garantías en las figuras de Sergio Ramos y el portugués Pepe. Pero antes, otros pasaron sin éxito por un puesto que parecía maldito.

Su paso por el club se resumió en 30 partidos en los que marcó dos goles y vio 16 tarjetas amarillas. Apodado "El Muro" cuando llegó procedente del Roma, era uno de los mejores jugadores en su puesto del mundo. Sin embargo, la presión pudo con él.

Dos momentos marcaron su año en el Real Madrid. Uno, cuando el brasileño Julio Baptista le sacó los colores en un partido ante el Sevilla en el que se vio que la velocidad no era su fuerte. Y, el segundo, cuando las críticas no dejaban de caer sobre su figura, llegó con la celebración de un gol que marcó al Albacete. Se encaró con la grada y eso fue la gota que colmó un vaso casi lleno de actuaciones poco brillantes.

Florentino Pérez, que pagó 25 millones de euros por Samuel, lo traspasó al Inter de Milán por 16. Perdió nueve y el negocio no fue bueno ni deportiva ni económicamente. Años después, casi diez, a Samuel se le vio cómodo sobre el césped del Bernabéu junto al resto de sus nuevos compañeros del Basilea, club al que ha llegado este verano.

No se le vio tan cómodo en la sala de prensa. Su rostro reflejaba algo de indiferencia. Sus respuestas sobre el Real Madrid, sobre su crisis, sobre los silbidos a Casillas, eran escuetas y cortas. Eso sí, reconoció que en su anterior equipo siempre existió una presión que ahora tiene que soportar el portero blanco. Él sabe perfectamente lo que es eso.

No es la primera vez que Samuel pisa el estadio Santiago Bernabéu con otra camiseta. Lo hizo con el Roma en dos ocasiones, antes de fichar por el Real Madrid y también en la liguilla de la Liga de Campeones. Consiguió buenos marcadores: 1-1 en 2001 y 0-1 en 2002.

Ha pasado mucho tiempo de aquello y mucho tiempo desde que dejara la entidad que preside Florentino Pérez. Sin embargo, Samuel parece no haber olvidado esa corta etapa de su carrera. Hablar de ese pasado con el argentino parece complicado. Responde, pero rápido.

Sólo piensa en el Basilea y en ganar a los blancos. Ya lo ha conseguido en una ocasión y quiere repetir. Sería su dulce venganza para un jugador que no triunfó en un equipo que a veces engulle buenos futbolistas. Samuel fue uno de ellos. El Bernabéu, diez años después, ya no estará pendiente de él. La presión es para otros.

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