Las peores lesiones en el deporte (II): Rotura del tendón rotuliano

El tendón rotuliano es un elemento básico para la actividad diaria de cualquier persona, y fundamental para un futbolista. "Básicamente es el que nos permite realizar la extensión de la rodilla, y para el chut en el fútbol es esencial", asegura Gonzalo Mora, especialista del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra.

Se trata de un tejido fibroso de gran grosor que une el cuádriceps con la tibia, a través de la rótula. La ruptura de este tendón es algo poco habitual, y cuando sucede en el futbolista suele deberse un mecanismo brusco de tracción sobre un tejido previamente debilitado por sobrecarga mecánica, y en menos ocasiones, a un golpe directo.

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Gráfico Chiqui Esteban

Para el doctor Mora es una de las peores lesiones que puede padecer un futbolista. "La rotura de ese tendón necesita una reparación quirúrgica, y esa cicatriz que obtendremos nunca va a ser de tan buena calidad como la de antes de haberse lesionado. Esa 'cinta gruesa' que es el tendón ya no es la misma, es un remiendo, y nunca tendrá igual consistencia que el original", comenta.

"Como son roturas traumáticas, es como si se hubiera arrancado, como si una cuerda se hubiera deshilachado. Ahí la sutura perfecta no siempre es posible, y en ocasiones hay que añadir algo de tejido. Del propio paciente o del banco de tejidos", afirma Gonzalo Mora.

Es decir, la técnica que se empleará para su recuperación dependerá mucho del tipo de rotura, ya que si se ha producido un desgarro muy grande con pérdida de tejido, habrá que poner un sustituto de otras partes del cuerpo.

El periodo de recuperación es variable. Los tejidos cicatrizarán en unas seis semanas aproximadamente, pero no van a tener fuerza suficiente hasta pasados tres meses por lo menos.

Ronaldo la sufrió tres veces

La primera vez fue en la temporada 1999/2000, cuando estaba en las filas del Inter de Milán. Una rotura parcial le tuvo seis meses fuera de los terrenos de juegos. En el primer partido que volvía a jugar  tras su recuperación, aquel fatídico 12 de abril de 2000, el tendón del brasileño se rompió por completo. En esta ocasión tardaría un año en volver a jugar, pero nunca volvió a ser aquel futbilista que asombró en el Barcelona.

El 13 de febrero de 2008, ya en las filas del Milan, fue el tendón de su rodilla izquierda el que se rompió. Ésta estaba considerada como su rodilla "buena", y el hecho de tener esta gravísima lesión en ambas articulaciones llevó a muchos especialistas a pronosticar su retirada, pero aún tendría fuerzas y voluntad para seguir jugando en el Corinthians hasta 2011.

Las peores lesiones en el deporte (I): La rotura del ligamento cruzado de la rodilla