Londres 2012: los dioses de la velocidad

  • A lo largo de la historia del atletismo, muchos han sido los atletas llamados a convertirse en los dioses de la velocidad, sin embargo pocos han sido capaces de llegar hasta el Olimpo de los elegidos. Apenas un puñado de hombres están en la cúspide de una pirámide repleta de personajes que quisieron ser leyenda, pero que se quedaron en el anonimato. Burke, Owens, Hines, Lewis, Powell o Bolt forman ese grupo de elegidos de los 100 metros lisos.

2008: Usain Bolt, el rey del viento en Pekín
2008: Usain Bolt, el rey del viento en Pekín
lainformacion.com
Manu Albarrán

Desde los inicios de los Juegos Olímpicos de la era moderna, allá por 1896 en Atenas, siempre ha habido una competición que se ha considerado diferente, especial. Una competición cuyo vencedor no pasaba a ser un simple campeón olímpico, si no que se convertía también en el gran protagonista de los Juegos. Esa prueba es la de los 100 metros lisos. La prueba donde se decide quién es el hombre más rápido de la Tierra.

Los más de cien años durante los que se llevan disputando campeonatos mundiales de atletismo y los Juegos Olímpicos nos han dejado a muchos velocistas que, no sólo ganaron una o varias medallas o batieron el récord del mundo, si no que fueron adelantados a su época. Son velocistas que reinaron y triunfaron en los 100 metros lisos y se convirtieron en auténticos ídolos, verdaderos dioses dignos del Olimpo.

Muchos fueron son los llamados a llegar tan alto, pero pocos los elegidos. Apenas un puñado de nombres ocupan el trono más alto del templo de la velocidad. Ellos son Tom Burke, Jesse Owens, Jim Hines, Carl Lewis, Asafa Powell y Usain Bolt.

Tom Burke

Fue el primer gran rey de los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. Este estadounidense de Boston vencioó con apenas 21 años el primer oro olímpico en la prueba de los 100 metros lisos. Hizo doblete al conseguir también el metal más preciado en los 400 metros. Lo que le hizo digno de alcanzar la categoría de inolvidable es que fue el primero en esperar la salida agachado, tal y como se hace hoy día, aunque entonces no había tacos de salida.

Jesse Owens

Ya hablamos de él en la sección de mitos, dentro del especial de los Juegos Olímpicos. Triunfó en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, en los que Hitler intentó demostrar la superioridad de la raza aria. Sin embargo, Owens alteró los planes del Führer llevándose cuatro preseas doradas. Entre ellas la de los 100 metros lisos. Mes y medio antes de ganar dicha prueba, había establecido el récord mundial con una marca de 10 segundos y 2 décimas, aún con cronómetro manual.

Jim Hines

Campeón Olímpico en México '68, Hines pasó a la historia del atletismo como el primer atleta en bajar de la barrera de los diez segundos. Lo hizo en Sacramento en el campeonato de los Estados Unidos de los que saldrían los atletas que representarían al país en los Juegos. Allí Hines paró el reloj en 9,9 segundos. Ya en México, se llevó el oro en los 100 metros y estrenó el cronómetro digital deteniéndolo en 9,95, mejor marca del mundo en aquel momento.

Carl Lewis

Apodado 'el hijo del viento', fue el único atleta capaz de imitar a Jesse Owens en Los Ángeles 84', donde venció las mismas cuatro pruebas que Owens en Berlín. Además, se convirtió en el primer velocista en defender su cetro en 100 metros tras repetir éxito en Seúl '88. Igualó la mejor marca mundial que Calvin Smith tenía en 9,93, aunque en 1988 la batió parando el crono en 9,92, récord que duró tres años.

Asafa Powell

Uno de los grandes velocistas de siempre que no ha nacido en los Estados Unidos. Powell abrió una nueva etapa en la velocidad jamaicana, algo por lo que sus compatriotas deberán estarle eternamente agradecidos. Su gran hito fue el de superar el récord mundial de Tim Montgomer y bajarlo hasta los 9,77 primero, y hasta los 9,74 en 2006. Su espinita es no tener un título mundial u olímpico.

Usain Bolt

El gran Zeus de este Olimpo de la velocidad. Es, sin duda, el hombre más rápido de siempre. Campeón del mundo y olímpico, Bolt lleva casi un lustro en lo más alto de las pruebas de velocidad. En 2008 fue el ganador de los Juegos de Pekín siendo el favorito después de batir el récord de Asafa Powell con un crono de 9,72. Tras la cita china, volvió a bajar el récord hasta los 9,69; marca que volvió a batir en Berlín en 2009 corriendo en 9,58; marca de otro siglo.

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