Los campeones del mundo tendrán que pagar a Hacienda... sí o sí

Lo han intentado, han buscado el resquicio legal para quedarse con la mayor parte posible de los 600.000 euros por cabeza que acordaron por el gran triunfo en el Mundial 2010. Pero no podrá ser. La ley no lo permite.

El diario online elconfidencial.com publicaba este viernes la noticia de que los campeones del mundo querían pagar los impuestos de la prima conseguida en el país donde se jugó el Mundial, aprovechando el convenio existente entre España y Sudáfrica... y que en ese país se tributaría sólo el 21% de lo ganado, en comparación con el 43% que se pagaría en España.

Lo cierto es que la ley no lo permite. Como explica José María Mollinedo, secretario general de GESTHA (colectivo de técnicos del Ministerio de Hacienda), el convenio entre ambos países permite que Sudáfrica reclame que los futbolistas paguen allí sus impuestos, ya que son por rendimientos de un trabajo realizado en ese país. Pero ahí no acaba todo.

Mollinedo asegura que después de que la hacienda sudafricana se quede el 21 por ciento de los 600.000 euros que recibió cada campeón del mundo, la hacienda española reclamará la diferencia hasta el 43 por ciento que deben pagar por residir en España, a excepción de Pepe Reina, Fernando Torres y Cesc Fábregas que lo hacen en el Reino Unido.

Eso sí, esas cantidades son válidas siempre que reciban la prima antes del 31 de diciembre. Si lo hacen a partir del 1 de enero de 2011 perderán un 2% adicional, ya que las rentas máximas pasarán de tributar en España del 43 al 45%. Traducido en la prima de marras: 12.000 euros arriba o abajo.

Por lo tanto: de los 600.000 euros que recibirá cada jugador (aún no han visto ni un duro), el reparto quedará así: 126.000 euros se quedarán en Sudáfrica, 132.000 se los llevará Hacienda en España y los 342.000 restantes irán al bolsillo de cada jugador. Un buen pellizco... aunque no todo lo que esperaban, tras lo sucedido en Austria 2008.

Después de la Eurocopa, los futbolistas rindieron cuentas en el país centroeuropeo aprovechando el convenio entre Austria y España. En aquella ocasión fueron 215.000 euros los que se embolsaron por cabeza como prima y sólo tributaron el 20%.