Ajaccio (Francia), 30 jun.- Los ciclistas del Tour de Francia quisieron mostrar hoy a los organizadores su descontento con los incidentes que tuvieron lugar la víspera en la primera etapa, en particular el provocado por un autobús que perturbó el final de la jornada.
Un grupo de corredores, con el francés Jérôme Pineau como portavoz, se acercaron a pedir explicaciones al director de la prueba, Christian Prudhomme, al que según algunos testigos incluso amenazaron con una huelga.
Finalmente, la salida podo tomarse sin ningún problema con el alemán Marcel Kittel como maillot amarillo, tras su victoria de ayer en un esprint accidentado.
En el pelotón existe descontento por el incidente provocado ayer por un autobús, que durante varios minutos, cuando el pelotón se encontraba a menos de diez kilómetros de la meta, se quedó encajonado en la meta.
Los organizadores decidieron en un primer momento avanzar la meta a la pancarta de 3 kilómetros para el final, decisión que fue anunciada a los ciclistas, que comenzaron a preparar el esprín.
El nerviosismo pudo causar una dura caída a los 4 kilómetros, en la que se vieron afectados algunos de los favoritos para la victoria final y el español Alberto Contador, entre otros.
Finalmente, después de que el autobús fuera desalojado, los organizadores tomaron la decisión de que la meta se mantuviera en el lugar previsto.
El equipo Orica, propietario del autobús, fue multado con 2.000 francos suizos, unos 1.600 euros.
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