La ciudad de Washington, en Estados Unidos, acaba de imponer un impuesto a las ventas del 5,75% para todos los gimnasios, centros de entrenamiento y de ejercicio físico. Una tasa contra la que luchan aquellos que practican yoga. Defienden que no se trata de una práctica física sino de una disciplina con fines espirituales. Dicen que no se originó únicamente para mejorar el tono físico de sus seguidores. Por eso, se llama ahora "impuesto yoga".
No es la primera vez que se produce este debate en Estados Unidos.En Nueva York ya se enfrentaron a ese dilema en 2012. Concluyeron, como recuerda la BBC, que el yoga no es "un ejercicio como tal" y lo dejaron exento del impuesto. En Columbia, sin embargo, concluyeron todo lo contrario.
Al final, el objetivo y el origen del yoga, también es objeto de discusión en otras partes del mundo. Por ejemplo, en Irán, para que su práctica sea compatible con la ley islámica, se refieren a él claramente como al "deporte del yoga". En Malasia, han prohibido el yoga espiritual, cánticos y meditación en las clases. Eso sin negar que su origen es siempre una forma de meditación.
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