Los temidos "pavés"

  • La quinta etapa del Tour de Francia está marcada por los nueve tramos de adoquines que la ronda gala ha tomado prestados a la clásica París-Roubaix y que van a marcar decisivamente el resto de la carrera.

Lille (Francia), 8 jul.- La quinta etapa del Tour de Francia está marcada por los nueve tramos de adoquines que la ronda gala ha tomado prestados a la clásica París-Roubaix y que van a marcar decisivamente el resto de la carrera.

Los 155,5 kilómetros entre la localidad belga de Ypres y la francesa de Arenberg no tienen montaña, pero desde el kilómetro 87 se suceden nueve tramos adoquinados que juntos no totalizan más que 15 kilómetros, pero que vienen siendo un quebradero de cabeza para los equipos desde hace meses.

La mecánica de las bicicletas y el físico de los ciclistas pasará una prueba de fuego en el bacheado recorrido en el que los candidatos a la general pueden sufrir importantes consecuencias.

El pelotón, que en territorio británico vivió una copia en pequeño de la Lieja-Bastoña-Lieja, emulará ahora la París-Boubaix, aunque recorrerá sus tramos adoquinados en sentido inverso a esa clásica.

El sector más importante, el de Wandignies-Hamage, en Haornaing, tiene 3,7 kilómetros.

El último tramo de "pavés", el de Hélesmes en Wallers, está situado a cinco kilómetros para el final.

La etapa comenzará en Ypres, la localidad belga donde los nazis probaron por vez primera las armas químicas, durante la Primera Guerra Mundial, el primero de los homenajes del Tour a un conflicto del que se cumplen 100 años.

- Etapa 5: Ypres - Arenberg, 155,5 kilómetros

Salida: 14.00 horas

Llegada prevista: 17.27.

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