Manny Pacquiao y Juan Manuel Márquez se citan en el ring por cuarta vez

    • Dos leyendas vivas del boxeo volverán a medir sus fuerzas por cuarta vez en el hotel casino MGM Grand Garden Arena, en Las Vegas (Nevada, EEUU)
    • La que ya ha sido calificada como 'la batalla definitiva' será distinta "por lo que un triunfo representa para cada uno de ellos", destacó el promotor Bob Arum
José Luis Avilés

Con toda la parafernalia mediática que aglutinan en torno a ellos, el filipino Manny Pacquiao y el mexicano Juan Manuel Márquez han recorrido medio mundo para promocionar la que todo el circo del boxeo ha tildado como 'la batalla final'. Un cuarto enfrentamiento que, repasando los precedentes, sentará cátedra entre los aficionados.

Los dos púgiles, como suele ser habitual en este tipo de eventos, aseguran llegar a la velada mejor preparados que nunca. Sin embargo, el cariz que ha tomado la pelea es otro. "Como profesionales nos respetamos", aseguraba Márquez, "pero al final, se vuelve algo personal, con más coraje. Esta pelea será así".

Las ganas de revancha inundan el ambiente. Las intenciones con las que Freddie Roach, entrenador de Pacman, afrontó la preparación del combate dejan entrever cuáles han sido los motivos que les han empujado a promover esta nueva velada. "Quiero recuperar al Pacquiao del instinto asesino", aseguraba Roach. "Espero tener una sensación muy agradable cuando noqueemos a estos tipos. Manny puede hacerlo, ya lo tumbó cuatro veces, creo que esta vez puede arrollarlos".

Pero en la esquina rival, Roach tendrá al veteranísimo Nacho Beristáin que, con 25 campeones del mundo a sus espaldas, afronta la cita con la ilusión de regalar a su pupilo una despedida grandiosa. "Buscamos hacer la pelea perfecta, como en la tercera pelea, y más contundente. Tratar de hacer el más daño posible", ha afirmado Beristáin en la previa.

Mucho han cambiado las cosas desde aquel 2004 en que ambos boxeadores se midieron en el ring por primera vez en busca del título Pluma AMB y FBI. Más tarde, llegaron las veladas de 2008 y 2011. Ninguno de ellos se resolvió por la vía del "nocáut" y fueron los jueces los que dictaron sentencia. En el primero de ellos, fue tal la igualdad, que el resultado fue de empate, mientras que en los otros Manny Pacquiao se alzó con el título.

Sin embargo, esta ocasión tendrá un sabor especial. Ambos boxeadores llegan a la cita sabedores de que es la última oportunidad que le brinda el veterano promotor Bob Arum para demostrar su hegemonía frente a su rival. No habrá una quinta entrega de esta saga "bajo ninguna consideración", llegó a afirmar Arum. Por eso, los púgiles, que ya se conocen a la perfección, habrán de dar el todo por el todo en una lucha encarnizada en la que solo se impondrá quien acabe tirando a la lona a su rival.

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