Manuel Machado, el 'outsider' del fútbol portugués

  • El mundo del fútbol, plagado de discursos vacíos y previsibles, tiene en el entrenador del Nacional de Madeira, Manuel Machado, un 'outsider' de primer orden cuyo mensaje crítico es excepción entre sus colegas de profesión.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 2 nov.- El mundo del fútbol, plagado de discursos vacíos y previsibles, tiene en el entrenador del Nacional de Madeira, Manuel Machado, un 'outsider' de primer orden cuyo mensaje crítico es excepción entre sus colegas de profesión.

"Vivimos en una sociedad desequilibrada en la que la pobreza y la riqueza recae sobre algunos y, por eso, el fútbol no es diferente". Reflexiones de este tipo, que resultan extrañas en un ámbito que se rige por preceptos como "el fútbol es así", han hecho de Machado (Guimaraes, 1955) una rara avis.

Sus conferencias de prensa, ya parodiadas por el famoso grupo de humoristas "O Gato Fedorento" debido al uso de varios cultismos, llaman la atención a más de uno, tanto por su forma, como por su contenido.

Las dos últimas que concedió, la previa y posterior al partido liguero de la noche del sábado ante el Oporto de Julen Lopetegui, resumen parte del ideario de este licenciado en Educación Física considerado uno de los técnicos de más prestigio en Portugal y que atesora más de 20 años de experiencia en los banquillos.

"Soy entrenador del Nacional. Esta institución es relativamente pequeña. Generalmente estoy aquí, hablando solo, pero cuando nos toca jugar contra los grandes aparecen todos (los periodistas)", comenzó por decir en la víspera del choque liguero para rematar de la siguiente manera.

"No pueden ponerme a hablar solo de los tres grandes, el Oporto, el Benfica y el Sporting de Lisboa. Este país, de hecho, está herido de esa tendencia para unirse a todo lo que es grande. Por eso así nos va y seguimos siendo lo que somos".

A estas declaraciones se unió una alusión a varios casos de corrupción en Portugal, entre los que citó a alcaldes encausados y al banquero Ricardo Salgado, acusado de hundir el Banco Espírito Santo (BES).

La disección de Machado prosiguió después de la derrota por dos a cero.

Yacine Brahimi y su golazo le sirvieron de disculpa para ahondar en los desequilibrios en el fútbol luso, en el que la mayoría de los clubes tienen unos presupuestos que no superan los 5 millones de euros anuales, frente a las decenas de millones de los tres colosos.

"No puedo hacer nada con talentos como el de Brahimi", constató, mientras recordó que clubes como el suyo están privados de futbolistas así por no poder pagarle el salario que demanda el mercado.

"Estos desequilibrios están en la sociedad de una manera general y el deporte los refleja. Es una sociedad desequilibrada en la que la pobreza y la riqueza recae sobre algunos y, por eso, el fútbol no es diferente", subrayó.

El notable recorrido de Machado, que ha entrenado a Vitória de Guimaraes, Académica de Coimbra, Sporting de Braga y Moreirense, entre otros, todavía no le ha servido para abrirle las puertas de un grande.

Tener fama de formador de talentos y haberse clasificado varias veces a Europa no ha sido suficiente, pero Machado, como para muchos asuntos, tiene una explicación.

"El acceso a los grandes no ocurre por una vía muy clara, como, por ejemplo, sucede en el acceso a la enseñanza superior, donde los mejores alumnos entran en las mejores universidades", dijo en una entrevista el pasado año a la web "Maisfutebol".

Para el "profesor", que en 2009 se debatió entre la vida y la muerte por una septicemia (una grave infección generalizada), el fútbol se mueve por grupos de presión o "lobbies".

Pero Machado, el 'outsider', la rara avis, nunca tuvo un agente: "Siempre fui muy independiente", concluyó.

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