Chile conquista América y Argentina se queda a once metros de la gloria

    • El combinado chileno ganó su primera Copa América en los penaltis (4-1) tras empatar sin goles ante los albicelestes.
    • Higuaín y Benega fallaron y Alexis marcó el penalti definitivo.
Chile levantó su primera Copa América.
Chile levantó su primera Copa América.

En el fútbol todo pasa muy rápido y, para bien o para mal, suele tener poca memoria. Hace un año Messi, a pocos metros de la Copa del Mundo, recogía una medalla de subcampeón del Mundial bajo una ola de críticas y un casi un año más tarde, volvió a sufrir otra derrota trágica con su selección tras perder la final de la Copa América ante Chile en la tanda de penaltis.

60 años después de aquella trágica final que acabó con seis muertos por exceso de aforo, Chile y Argentina volvieron a repetir final en busca de la conquista de América. Para Messi era tocar la gloria o vivir en un constante escepticismo derivado de su excelso nivel alcanzado con el Barcelona. El capitán de Argentina tenía una cuenta pendiente. Cuando se habla de estas dos selecciones es necesario hacer un énfasis: no era una simple lucha futbolística, era la guerra del grupo contra las individualidades. La grata sinergia que aupó Bielsa y enervó Sampaoli contra la oda al individualismo que genera una selección con una nómina de delanteros que obliga a la improvisación.

Era fácil de prever lo que acontecería en los primeros minutos. Primero fue el himno y después una oda al ritmo propuesta por Chile. Argentina siempre optó por la pausa pero el combinado de Sampaoli hizo que la primera media hora de partido fuera de pasión y locura. Chile apretaba arriba, llegaba con jugadores de segunda línea y volvían a defender. Así hasta que la extenuación. Vidal tuvo la primera gran ocasión del partido pero Romero desvió el lanzamiento del perdonado por el técnico argentino y el país entero después de su altercado. Ante la locura impuesta por los anfitriones, Argentina, fallando a su tradición, lo confió todo a las transiciones rápidas, presión en bloque alto y a Messi. De las botas del capitán salió un balón que Agüero remató a gol pero que Bravo desvió.

Como sucediera en la pasada final del Mundial, los del Tata perdieron a uno de sus hombres más importantes por una lesión muscular. Di María se fue sólo contra el mundo a toda velocidad y su explosividad le volvió a jugar una mala pasada a sus isquiotibiales. Dos finales en un año desde el banquillo. Eso tiene que ser dura. Con la baja del jugador del Manchester Argentina fue más previsible a medida que Chile bajó el ritmo. Quedaban 45 minutos. Un mundo por delante. No habían habido muchas ocasiones pero tácticamente la final estaba siendo de sobresaliente.

El temor al error mermó a los dos equipos que no encontraron ni el modo ni la forma en la segunda mitad. Chile seguía con su principal misiva: presionar la salida de balón argentina y condenar su error. Por su parte, Argentina se diluyó a la medida que Messi desaparecía entre maracaje férreos y patadas de los futbolistas chilenos. Los del Tata, ante la presión alta chilena se precipitaron con asiduidad buscando desplazamientos en largo que pasaban a tres metros de su capitán. Así no había forma. Alexis tuvo en sus botas el primer título de Chile pero falló.

Cuando la prórroga se atisbaba en el horizonte, Messi, por primera vez en la segunda parte pudo darse la vuelta, dirigió un contragolpe, abrió a Lavezi y este cedió para que Higuaín fallara un gol de oro en el último segundo de partido. El delantero del Nápoles llegó forzado pero esos goles son los que definen a un delantero ínclito. El ex del Madrid es un delantero con desmarques y asociaciones inteligentes pero que tiene una gran condena que le pesará para siempre: fallar en los momentos importantes.

Restaban 30 minutos de prórroga pero sobraba porque las fuerzas y la valentía se habían esfumado. Sólo un error, de uno que nunca falla, Mascherano, pudo decantar la final después de un mal despeje que desembocó en un disparó que se marchó fuera de Alexis Sánchez.

Pero aún había más lugar para el drama. Llegaron los penaltis. Messi marcó el primero pero Higuaín y Banega erraron los lanzamientos. Alexis marcó el tanto definitivo y Chile, por primera vez en su historia, reina en América. Messi sigue teniendo una cuenta pendiente.

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