Messi y Robben protagonizan el duelo con más calidad del Mundial

No está siendo un Mundial en el que se esté disfrutando de un gran fútbol a nivel colectivo. No hay una selección que esté dejando huella por desplegar un juego espectacular, plástico y arrollador. El listón lo puso muy alto España en el pasado Mundial de Sudáfrica con el estilo del tiki taka que llevó a su máxima expresión de eficacia y belleza. La pelota iba de un lado a otro del campo, pasaba por todos los jugadores, con velocidad, a un alto ritmo y precisión y largas posesiones que acababan por rendir a los rivales. España se convirtió en una referencia y un modelo para otros equipos e, incluso, selecciones como la italiana que buscaron imitar el sello de nuestro fútbol.

A falta de buen juego colectivo en Brasil brillan las individualidades. En la semifinal entre Argentina y Holanda se van a enfrentar Messi y Robben, dos de los futbolistas más desequilibrantes del Mundial que han tomado el mando de sus equipos en los cinco partidos disputados para imponer su fútbol profundo y arrollador. Es el Mundial de los futbolistas y no el de los equipos y solo quedan ellos como estrellas después de ir cayendo eliminados otros como Iniesta, Cristiano Ronaldo, Pirlo, Rooney, Luis Suárez, Hazard, Benzema y James Rodríguez. Quedan Messi y Robben como las figuras que se pueden coronar como los mejores futbolistas de este torneo aprovechando la ventaja que les da que ya no esté el lesionado Neymar.

Messi y Robben son los dos mejores regateadores de este torneo. Cuando cogen el balón se disparan. En el momento en el que entran en acción tenemos la certeza de que va a ocurrir algo diferente por la velocidad, habilidad y decisión que ejecutan sus jugadas. No dudan. Van con riesgo a la portería. El regate es su mejor arma. El argentino lidera la clasificación en este apartado con 29 regates efectivos por los 25 del holandés, al que iguala Di María, otro de los lesionados que no va a participar en este enfrentamiento.

Messi llega a las semifinales con cuatro goles y habiendo sido elegido en cuatro ocasiones el MVP, jugador más valioso del partido. Sus apariciones cuando el equipo no tenía claridad arriba han sido decisivas para que Argentina haya ido avanzando en la competición. Ha marcado los goles de la victoria ante Bosnia, Irán y Nigeria (hizo dos en este encuentro). Si Argentina pasó la primera fase fue gracias a la efectividad de su capitán que no solo hizo los goles sino que le dio la seguridad que no tenían sus compañeros. En octavos asistió a Di María, en otra jugada personal en la prórroga, que acabó en el gol que derrotó a Suiza. Y en cuartos inició la jugada que acabó en el gol de Higuaín quitándose de encima a tres marcadores.

Al nivel de Messi está Robben, que le diferencia del argentino el hecho de haber jugado todos los minutos del Mundial. El holandés ha marcado tres goles, de los que dos fueron a España en el debut y el otro Australia. Se va a recordar este Mundial por las carreras de Robben. Lleva recorridos un total de 55,5 kilómetros en los cinco partidos. Una media de algo más de 11 kilómetros por partido. También por su caída ante México, calificada de piscinazo, ante el defensa Rafa Márquez. Tocarle, a la velocidad que va, es derribarle. Todo lo hace muy rápido, de una forma imparable y esa acción provocó que su equipo siguera en pie. A sus 30 años juega cada partido con una motivación envidiable que puede ser consecuencia de la ocasión de gol que erró en la final de Sudáfrica ante Casillas. Pudo tener en sus botas el trofeo y falló o acertó Casillas. Lo cierto es que en Brasil juega cada encuentro con la decisión y el convencimiento de que tiene que ser campeón del mundo.

Es el duelo más atractivo de estas semifinales. Messi contra Robben son dos equipos en sí mismos, los dos mejores regateadores del Mundial, que volverán a aparecer en una cita clave para ir quitándose rivales de encima, generar peligro, correr con esa verticalidad que les hace diferentes al resto y efectivos cuando pisan el área o se acercan por sus inmediaciones.