El puesto de Míchel como entrenador del Olympique de Marsella está en entredicho. El técnico español vive uno de sus peores momentos tras ver cómo su equipo fue eliminado por el Toulouse de la Copa de Francia. Undécimo en la liga, las críticas se ciernen sobre su figura y él responde: "No busco excusas. Hago mi trabajo lo mejor posible, pero no soy Harry Potter".
Míchel asegura que no puede "pedirles más" a sus jugadores. "Me encantaría que jugasen bien, que ofreciesen buen rendimiento y que estuviésemos en lo alto de la clasificación. El rol de un entrenador es el de conseguir que los jugadores den el máximo y que haya un buen ambiente en el vestuario", señala el exentrenador de Getafe y Sevilla, entre otros.
Los periodistas franceses critican con dureza el juego del Marsella, y ante estas cuestiones, Míchel se defiende. "Todos los que critican tienen buenas ideas, y seguro que podrían ponerlas en práctica.
Serían capaces de elegir entre trece futbolistas, dos de los cuales están lesionados. Lo que yo no busco son excusas. Hago mi trabajo lo mejor posible, pero no soy Harry Potter", explica el técnico madrileño.
La plaga de lesiones ha dañado sobremanera en lo que va de temporada al Olympique. 11 jugadores lesionados influyen en los resultados, lo que provoca que una insititución tan grande esté en crisis.
"Es un gran club y si no está en lo más alto de la clasificación, siempre se dice que está en crisis. No estamos en un buen momento. Todo el mundo es acusado como culpable, pero es mejor analizar la situación y buscar soluciones. Incluso aunque algunos piensen que no lo hacemos", afirma Míchel.
El Olympique de Marsella disputará el próximo domingo ante el Caen su partido correspondiente de la jornada 21 de la liga francesa.
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