Dicen los que saben de esto (Arbeloa, por ejemplo), que a un Mundial hay que ir a ganar, y no a jugar bien el fútbol. España he demostrado esa máxima ante Chile.
El equipo de Marcelo Bielsa había prometido que saldría al campo dispuesto a arrebatar el balón a la selección española, dejando al equipo de Vicente Del Bosque sin su mayor activo.
España no pudo dominar, perdió el centro del campo y quedó a merced de 'La Roja' (la de verdad), que movió el balón a su antojo y se plantó en un par de ocasiones ante la portería de Casillas.
Pero lo que a España le faltó ante Suiza y Honduras, la puntería, la encontró en el último partido de la primera fase. A la primera que tuvo, Villa enchufó el 1-0. A la segunda, Iniesta hizo el 2-0 y Estrada se fue a la calle por segunda amarilla.
El partido parecía resuelto, pero Chile recortó distancias y volvió a meter el miedo en el cuerpo, aunque más por lo corto del resultado que por las ocasiones creadas sobre el portal de Casillas.
España controló la pelota y esperó que Chile presionara. Pero se jugaba tanto en Pretoria como en Bloemfontein y allí Suiza no era capaz de marcar un solo gol ante Honduras, así que Chile y España se dedicaron a esperarse mutuamenet, esperando el final y clasificándose los dos para cuartos.
España ganó el partido que peor jugó. Pero hemos venido a ganar un Mundial. No aa que nos den palmaditas en la espalda.
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