Múnich pasa la reválida a un proyecto de 600 millones de euros

    • Al Real Madrid le queda el penúltimo esfuerzo para llegar a la cima de la Champions. Tendrá que demostrar en Múnich que el proyecto que inició Florentino Pérez ha dado el resultado deseado.
    • Han sido cinco años en los que el presidente ha ido dando forma a una plantilla en la que muchos jugadores llegaron con él, otros estaban y algunos se han marchado.

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Ulises Sánchez Flor

Al Real Madrid le queda el penúltimo esfuerzo para llegar a la cima de la Champions. Estar en la final de Lisboa pasa por demostrar en Múnich, en casa del campeón de Europa y ante Pep, que el proyecto que inició Florentino Pérez, en su segundo mandato en 2009, ha dado el resultado deseado. Clasificarse será un éxito, aunque luego quedaría la disputa de esa final en la que se busca la Décima. Han sido cinco años en los que el presidente ha ido dando forma a una plantilla en la que muchos jugadores llegaron con él, otros estaban y algunos se han marchado. El grupo está hecho desde hace tiempo: Casillas, Ramos, Pepe, Arbeloa, Coentrao, Marcelo, Carvajal, Xabi, Modric, Di María, Cristiano Ronaldo, Bale, Benzema... En ellos está la gloria o un nuevo chasco.

Múnich medirá la prueba de madurez de un Real Madrid que ha acumulado en los últimos cinco años varios descalabros. Es el tiempo en el que regresó Florentino Pérez a la presidencia para poner en marcha otro plan ambicioso. Desde que fue elegido el 1 de junio de 2009, el proyecto para armar una plantilla que fuera capaz de llegar a la final y conseguir la Décima ha tenido tres entrenadores (Pellegrini, Mourinho y Ancelotti). Pero sobre todo se ha hecho un gasto importante para cumplir el gran reto: Cristiano Ronaldo (96 millones de euros), Bale (91 millones), Kaká (64 millones), Illarramendi (38 millones), Benzema (35 millones), Modric (35 millones), Xabi (30 millones), Isco (30 millones), Coentrao (30 millones), Di María (25)... En definitiva, un fuerte desembolsó de casi 600 millones de euros en los últimos cinco años para llegar a este momento privilegiado y, a la vez, de presión.

Antes de Florentino estuvo en la presidencia Ramón Calderón, dos temporadas, para hacer otro importante esfuerzo económico en un proyecto que no encontró el camino de la final de la Champions. Demasiados sinsabores.

A favor de este Real Madrid está la experiencia que acumulan muchos de estos jugadores y que les tiene que servir para superar, por fin, la barrera de las semifinales. Cristiano Ronaldo, la estrella, cumple cinco temporadas en el equipo blanco y su veteranía tiene que notarse en un partido que es una final. También la de Casillas, Sergio Ramos (es el único título que le falta y que antepone cuando se le ha dado a elegir entre la Champions y el Mundial), Pepe (lleva siete años), Xabi Alonso, Benzema (el mismo tiempo que Cristiano en el equipo)...

El maleficio del Real Madrid sin llegar a una final de la Copa de Europa dura ya 12 años.La Novena queda muy lejos. El partido en Múnich es el más importante que va a jugar el Real Madrid desde el 15 de mayo de 2012. Es el tiempo que lleva sin clasificarse para una finalísima de la Champions, la que luego ganaría en Glasgow con aquél fantástico gol de Zidane y las paradas milagrosas de Iker casillas en los últimos minutos a los jugadores del Bayer Leverkusen. Desde entonces se han ido acumulando fracasos, como los cinco años que estuvo si pasar de los octavos de final (con el Olympique de Lyon como bestia negra), y las decepciones de los últimos tres años en los que ha sido eliminado en las semifinales. Mourinho estuvo cerca. El luso fue el entrenador en las tres últimas temporadas y le dio un salto de calidad y competitividad a un equipo que persigue el sueño de la Décima. Barcelona, Bayern de Múnich y Borussia de Dortmund han sido los últimos verdugos.

Ancelotti y Zidane, precisamente el hombre que le dio con su golazo la última Champions, tienen al equipo a las puertas de la ansiada final. Bien colocado con esa ventaja del 1-0 conseguido en la ida y, sobre todo, en un estado anímico que no se parece en nada al que afrontaba las últimas semifinales. El equipo está unido, se siente seguro y convencido con el plan del cuerpo técnico. Quieren estar juntos, no dejar espacios, ser compactos, defender fuerte y correr mucho. No renuncian al ataque. Es otro Real Madrid que juega el partido más importante de los últimos cinco años.

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