Murió el legendario Musial, miembro del Salón de la Fama

Redacción Deportes (EEUU), 20 ene.- Stan Musial, uno de los mejores bateadores en la historia del béisbol e integrante de los Cardenales de San Luis durante más de dos décadas, falleció a la edad de los 92 años, de acuerdo a un informe de prensa ofrecido por el propio equipo..

"Stan the Man", como se le conoció, ganó siete veces el título de bateo de la Liga Nacional.

Su labor le hizo merecedor por tres veces de ser el ganador del premio de Jugador Más Valioso (MVP) de la Liga Nacional y consiguió tres campeonatos de la Serie Mundial con los Cardenales durante la década de los 40.

Los Cardenales en el comunicado de prensa que dieron a conocer informaron que Musial murió en su residencia rodeado por familiares y seres queridos.

Musial llegó a ser tan querido en San Luis que dos estatuas con su imagen fueron erigidas afuera del Busch Stadium, campo de los Cardenales.

Sólo jugó con los Cardenales durante su carrera de 22 años y en los que disputó 24 Juegos de las Estrellas, gracias a que hubo una época en las Grandes Ligas que se celebraban dos veces por temporada el Partido de las Estrellas.

Lanzador en las menores hasta que se lesionó el brazo, Musial probó suerte en los jardines y la primera base. La lesión resultó ser una bendición: acumuló un promedio de .331 con 475 cuadrangulares antes de retirarse en 1963.

Musial, considerado como el más grande pelotero en la historia de los Cardenales, fue la primera figura a la que la franquicia le retiró el número. El "6" también fue el más popular, especialmente cuando el dominicano Albert Pujols se fue al aceptar una oferta como agente libre con Los Angelinos de Los Ángeles.

Como sugerencia de su amigo, el actor John Wayne, Musial llevaba tarjetas con su firma e imagen para repartir. Le fascinaba hacer trucos de magia a los niños y también le gustaba tocar la armónica para entretener a la gente.

De carácter humilde, sin ningún escándalo que embarrara su nombre y siempre dispuesto a jugar todos los días, Musial fue el jugador preferido de fanáticos en la región del medioeste estadounidense, donde el béisbol se vive con enorme pasión.

Durante buena parte de su carrera, San Luis era la ciudad frontera de las mayores, en dirección hacia el oeste del país, y la cadena de radio de los Cardenales se encargó de transmitir sus proezas.

El expresidente estadounidense, el demócrata Bill Clinton, recordó que de niño hacía sus tareas de escuela mientras escuchaba los juegos en los que Musial participaba.

Las apariciones en público de Musial en los últimos años fueron escasas, pero estuvo presente en los actos previos a los juegos de la postemporada de 2011 en la que los Cardenales se alzaron con la Serie Mundial.

Acudió también a la Casa Blanca en febrero de 2011, cuando el mandatario, el también demócrata Barack Obama, le confirió la Medalla Presidencial de la Libertad, el máximo honor que se otorga a un ciudadano por sus contribuciones a la sociedad.

Musial nunca se ponchó más de 50 veces en una temporada. Quedó líder de la Nacional en casi todas las categorías ofensivas al menos un año, salvo en jonrones. Su máximo total de jonrones fue de 39 en 1948, quedándose corto por uno de completar la Triple Corona.

El legendario pelotero fallecido tenía 55 récords cuando se retiró en 1963 y de que su placa en el Salón de la Fama comienza con la frase: "Dueño de muchos récords de la Liga Nacional ...".

Musial se mantuvo activo hasta el día que cumplió 43 años. Bateó un hit en su último turno, empujando una carrera, por encima de un novato segunda base de los Rojos de Cincinnati que se llamaba Pete Rose.

El mismo Rose se encargaría, 18 años después de superar el récord de hits de por vida de Musial, de 3.630 imparables.

Musial conectó 1.815 imparables cuando los Cardenales jugaban en casa y 1.815 de visitantes, además de acumular 1.951 carreras remolcadas y anotó otras 1.949 carreras.

Sus estadísticas fueron todavía más especiales porque se trató de un bateador con una poco convencional postura al bate desde el lado zurdo.

Musial colocaba piernas y rodillas ceñidas, el bate cerca del oído y alejando el cuerpo del lanzador.

Cuando el pitcheo se aproximaba, Musial simplemente se relajaba para soltar el cuerpo y hacer el swing con una naturalidad que lo hizo merecedor a estar entre los más grandes de todos los tiempos.