Ni Ronaldinho ni Kaká, el mejor brasileño fue Pato

  • Ronaldinho apenas apareció y a Kaká no le dejaron. Pato es el único del Milan capaz de inventar cosas diferentes y además marcó el segundo gol del Milan.
S.B.
S.B.

Las últimas veces que Ronaldinho pisó el Bernabéu la partió. Se llevó palmas y ovación. Ayer no. El Real Madrid es otro, el público también con su equipo, pero el que más ha cambiado es el brasileño.

Viste botas amarillas y el 80 en la espalda, excentricidades de los equipos italianos. Ocupó la misma zona que cuando venía con el Barça de Rijkaard, pero bastantes metros más atrás, con el mismo rival enfrente, Sergio Ramos, al que tantas veces superó, pero con nada de recorrido. Ronaldinho limitó su zona a unos veinte metros y de ahí apenas se meneó.

En la primera parte dejó un control de anuncio con el pecho, un regate, un intento de tiro que le tapó Albiol y un par de quejas a Inzaghi porque no ¡presionaba! En la segunda parte participó sólo una vez y se fue de dos defensas y la puso bien con el exterior, pero nadie remató su balón. Se enfadó. Abandonó el campo en el descuento, con casi nueve kilómetros en las piernas, sonriendo, saludando, diciendo "no puedo salir más rápido"...

Hay una máxima que se cumple en el Milan: Diez andan y Pato corre. El delantero brasileño, el que no es Ronaldinho, es el único que marca la diferencia y capaz de hacer algo diferente. Cayó casi siempre por la banda de Marcelo, que defendió mejor que en otras ocasiones, y desde ahí arrancó en velocidad, excelente en el regate, pero siempre sin camisetas amigas. Si queda algún cromo en Europa que le haga tilín a Florentino ese tiene que ser Pato. El brasileño marcó el segundo gol del Milan disfrutando el segundo error consecutivo de Iker y el tercero en la mejor jugada del Milan en todo el partido.

Si Ronaldinho estuvo desaparecido tampoco hubo muchas noticias de Kaká. Este con botas rojas, demasiado lejos casi siempre de la zona de definición, limitado por la lenta circulación del Real Madrid. Kaká participó poco, quizás por los rivales saben hasta su marca de calzoncillos y apenas le permitieron un par de maniobras. No conectó con Benzemá ni con Raúl, probó a duras penas el disparo desde fuera del área como suele hacer como mínimo en par de ocasiones en cada partido. Y al final naufragó con el resto de sus compañeros.

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