Nibali abre una grieta en la fortaleza del Sky

  • sur-Valserine (Francia), 11 jul.- El italiano Vincezo Nibali abrió hoy una grieta en la fortaleza que ha construido el equipo Sky entorno a su líder, el maillot amarillo Bradley Wiggins, al lanzarse en el descenso del Grand Colombier y tomar casi un minuto de ventaja.

Luis Miguel Pascual

Bellegarde-sur-Valserine (Francia), 11 jul.- El italiano Vincezo Nibali abrió hoy una grieta en la fortaleza que ha construido el equipo Sky entorno a su líder, el maillot amarillo Bradley Wiggins, al lanzarse en el descenso del Grand Colombier y tomar casi un minuto de ventaja.

La iniciativa del ciclista del Liquigas, cuarto de la general a 2.23 del líder, se quedó sin premio, porque la configuración de la etapa no era propicia para ese tipo de aventuras, pero con su intentona, el transalpino trazó un camino que puede servir para hacer temblar el poderío de los británicos.

Nibali, uno de los mejores descendedores del mundo, se lanzó en las curvas de la bajada del primer puerto de categoría especial del Tour de Francia.

Su coraje y su técnica dieron resultados y el italiano llegó a gozar de casi un minuto de renta con respecto al pelotón de los favoritos, en el que los Sky de Wiggins tuvieron problemas para organizar la persecución cuesta abajo.

El italiano se encontró en el camino con un apoyo, el de su compañero de equipo Peter Sagan, que había formado parte de la escapada del día.

Ambos trabajaron para agrandar la renta, pero el descenso se acabó y, tras un falso llano, comenzaron a subir las rampas del puerto de Richemond, una cota de segunda categoría donde la maquinaria Sky, dirigida con mano de hierro por el australiano Richie Porte, volvió a tomar el mando de la situación.

Los hombres de negro fueron comiendo segundos a Nibali, que se quedó sin el concurso de un agotado Sagan y que fue absorbido por el pelotón.

Nibali lamentó que ningún otro de los favoritos se marchara con él en el descenso, porque entonces podían haber hecho mucho más daño y apuntó al australiano Cadel Evans, segundo de la general.

"Quizá no tenía su día", dijo el italiano, que avisó que seguirá intentando los ataques en los próximo días.

"No hemos tenido pánico. Sabíamos que a Nibali le quedaban muchos kilómetros para la meta y que sería difícil llegar", afirmó Wiggins.

Como viene haciendo desde que comenzó el Tour, el británico se obstinó en dar una imagen de seguridad que parece tener blindado su poderío.

Aunque sin premio, su aventura puso por primera vez en problemas al equipo de Wiggins, que hasta ahora ha dominado el Tour con cierta suficiencia.

"Creo que lo que ha hecho Nibali muestra cual es el camino que hay que hacer para atacar al Sky. Tienen que lanzarse en los descensos como kamikazes", aseguró el quíntuple vencedor del Tour Bernard Hinault.

El último francés en ganar el Tour aseguró que la fortaleza Sky no ha temblado subiendo "porque se han preparado muy bien para esas eventualidades", pero la carrera siempre es más difícil de dominar en una rápida bajada.

El seleccionador francés de ciclismo, Laurent Jalabert, coincide con Hinault que los descensos son el punto débil de Wiggins y, por tanto, de la fortaleza Sky.

"Pero no se trata sólo de lanzarse a lo loco. Antes hay que trabajar para debilitar al equipo. Si Wiggins está rodeado de cuatro compañeros, siempre podrá recuperar", afirmó el exciclista.

Hinault aseguró que la etapa de hoy no servía para sacar tiempo en los descensos, pero aseguró que mañana es mucho más favorable.

"Desde el inicio, el recorrido no deja de subir y bajar. Hay que lanzarse a por ellos", aseguró "el Tejón".

Los descensos parecen el único punto débil del equipo Sky y de su líder. Wiggins es el más fuerte en la lucha contra el crono y subiendo cuenta con un impresionante equipo acostumbrado a imponer un fuerte ritmo que dificulta mucho los ataques.

Wiggins no es un gran bajador, como tampoco lo es su compatriota Chris Froome, tercero de la general.

El director de la prueba, Christian Prudhomme, había advertido al principio de la misma que este Tour podía ganarse bajando. Quizá Nibali quiso hoy probar si era cierto.

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