Paços y Sporting, cara y cruz de la Liga portuguesa

  • La penúltima jornada de Liga decidió un desenlace inédito en Portugal, con el primer salto a la "Champions" del modesto Paços de Ferreira frente a la capitulación del Sporting, fuera de Europa por segunda vez en su centenaria historia.

Susana Irles

Lisboa, 12 may.- La penúltima jornada de Liga decidió un desenlace inédito en Portugal, con el primer salto a la "Champions" del modesto Paços de Ferreira frente a la capitulación del Sporting, fuera de Europa por segunda vez en su centenaria historia.

Aunque hasta el final del campeonato el título continúa en liza entre el Oporto y el Benfica, el fútbol portugués firmó ya este fin de semana una doble página de triunfos y fracasos en su historia.

Por una parte, después de una temporada en permanente lucha por el tercer puesto, la estrepitosa derrota del Braga frente al Nacional (1-3) aseguró al Paços de Ferreira los puntos suficientes para garantizar el podio y acceder a la eliminatoria del máximo torneo continental.

Al conjunto amarillo le bastó un empate a uno en Coimbra ante el Académica para celebrar la hazaña que, además de histórica, da un espaldarazo financiero inaudito para unas arcas modestas, que contaron este año con solo 3,5 millones de euros de presupuesto.

Solo el pase a la elite europea premia al club con 2,1 millones de euros y la hipotética entrada a la fase de grupos desbordaría las cuentas, ya que ingresaría 8,6 millones de euros.

Los vertiginosos números chocan con la dimensión de un club de apenas 2.000 socios con sede en Paços de Ferreira, una ciudad de unos 55.000 habitantes a 30 kilómetros de Oporto.

El equipo, fundado en 1950, vivió la mayor parte de su historia en la tercera y segunda división, y solo en los años noventa subió al campeonato principal, oscilando entre los descensos (1993 y 2004) y casi siempre peleando por la permanencia.

Ha cosechado también algunas alegrías, con tres títulos en el segundo campeonato, dos participaciones en Europa y dos finales nacionales perdidas: la Copa de Portugal frente al Oporto en 2009, y la Copa de la Liga frente al Benfica en 2011.

Esta batallada trayectoria se culminó con diligencia en los últimos años, gracias a un pacto tácito entre las distintas presidencias para evitar las deudas abultadas.

A favor de esta estrategia jugó una política de fichajes sin grandes nombres y de fuerte moderación salarial que configuró una plantilla estable, entre jóvenes de la cantera portuguesa y jugadores veteranos, dirigida por entrenadores locales poco conocidos, pero de gran potencial.

También la búsqueda de talentos latinoamericanos, como el del internacional peruano Paolo Hurtado, ayudó a la gesta, que guió un joven técnico portugués Paulo Fonseca (1973).

El entrenador, admirador del fútbol de salón del francés Arsène Wegner, se estrenó en la Primera División portuguesa después de recorrer las categorías inferiores lusas e implantó en el Paços un juego atractivo con un sólido centro del campo.

En el lado opuesto, está la carrera del Sporting, el tercer club más laureado en Portugal con 18 títulos y que acumula en el último lustro un largo etcétera de excesos e inestabilidad.

Este fin de semana cerró uno de los capítulos más negros de su historia, un curso con cinco entrenadores, dos presidentes, ningún título y fuera de Europa por segunda vez en sus 107 años de historia. El último descalabro sucedió en la temporada 1975-76.

Pese a la victoria con un gol del español Diego Capel frente al Olhanense, el triunfo del Estoril frente al Beira Mar dejó a los "leones" sin la redención europea a una temporada nefasta.

Los momentos bajos del año llevaron al Sporting a rozar la zona de descenso, además de ser eliminado de todas las competiciones nacionales y europeas.

La clasificación de la Liga Europa era la última esperanza de los "leones", que bajo el mando del veterano Jesualdo Ferreria desde febrero pasado y con el joven Bruno de Carvalho como presidente electo en marzo empezaban a levantar cabeza.

El club llegó a mitad de campeonato con solo dos victorias en trece partidos de Liga y ahora está a un paso de acabar el campeonato con un desempeño más equilibrado, con diez triunfos frente a una decena de derrotas y nueve empates.

El recurso a jóvenes de la cantera como Ilori, Dier, Bruma o Zezinho había hecho reflotar al conjunto, más eficaz con varias victorias encadenadas.

Pero a la espaldas arrastra todavía la gestión de un lustro. En cuatro temporadas, nueve entrenadores, tres presidentes y desmesurados fichajes, como los casi nueve millones de euros pagados al Atlético de Madrid por el brasileño Elías o los 6,5 por el francés Sinama Pongolle, también al Atlético.

En el principio del curso, la renovación casi por completo de la plantilla apenas cambió un inexorable curso hacia la decadencia.

Sin acudir a la Liga de Campeones desde la temporada 2008-09, sin grandes ventas de futbolistas y sin títulos, el club, que lanzó a estrellas mundiales como Cristiano Ronaldo o Luis Figo, acumula un pasivo de más 140 millones de euros.

La oportunidad perdida de la Liga Europa resiente el ya de por si mal estado de cuentas del club, que renegoció in extremis el pasado abril su deuda más urgente con los bancos portugueses.

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