Pennetta y Vinci conquistaron Nueva York a lo Julio César: Veni, vidi, vici

  • Habrá una nueva reina en el Abierto de Estados Unidos de tenis y será italiana, luego que Roberta Vinci y Flavia Pennetta conquistaran a la orgullosa Nueva York con la raqueta en ristre y la frase de su ilustre compatriota Julio César como bandera: "veni, vidi, vici".

"Vine, vi y vencí", dijeron las dos veteranas bambinas este viernes tras ganar sus pasajes a la final del sábado del último Gran Slam del año, remando a contracorriente de unos pronósticos que no tomaron en cuenta el factor coraje.

Vinci, de 32 años, una modesta número 43 del ránking mundial, dio una de las mayores sorpresas del año al vencer a la superfavorita Serena Williams, número uno de la WTA, por 2-6, 6-4, 6-4 para asegurarse el primer pasaje de su carrera a la final de un Gran Slam.

Momentos antes, Pennetta, 33 años y cabeza de serie N.26, había desarbolado en sólo 59 minutos y dos sets de 6-1, 6-3 a la fogosa rumana Simona Halep, segunda del listado mundial.

Las dos italianas se tomaron apenas tres horas para conquistar a la Gran Manzana, y lo más importante: se ganaron el corazón de los neoyorquinos, que apoyaron con justicia tal muestra de valentía.

Roberta Vinci, delgada, rubia y carismática, se ganó al público cuando pidió perdón por haber eliminado a la estrella Williams, arruinándole la posibilidad de entrar en la historia como la segunda mujer que conquistaba los cuatro Gran Slam el mismo año.

"He jugado el partido de mi vida. Estoy muy feliz, pero también un poco triste porque Serena es una jugadora increíble, es la número 1 del mundo y tiene tantos Gran Slam ganados", dijo la carismática italiana en rueda de prensa.

"Sorry USA", gritó Vinci, y la gente la apludió a rabiar.

Pennetta también hizo el partido de su vida. Manejó a Halep con una soltura que parecía una madre enseñando a tejer a su hija.

"Quien ríe de último ríe mejor", le recordó la italiana a Halep, al desarmarla en un partido casi perfecto de 16 errores no forzados, 23 tiros ganadores y un gran juego de fondo, que le permitió ganar 32 de 56 puntos disputados.

"Es increíble", dijo Pennetta al pie de cancha. "Antes de empezar el torneo no creí avanzar tanto. Jugué realmente bien. No sé cómo manejar toda la inspiración que tengo".

La pizza y los espaguettis estarán a la orden del dia en Flushing Meadows mañana sábado, cuando Penneta y Vinci salten a la cancha a disputar la final femenina del US Open.

Tanto, que los dueños de los puestos de comida dentro del estadio encargaron órdenes adicionales de pizza en previsión del desborde de simpatizantes de la numerosa comunidad italiana en Nueva York.

No habrá nada nuevo en el partido entre las dos veteranas, que se conocen como las palmas de sus manos. Han entrenado juntas y jugado en el equipo italiano de Copa Fed por casi 15 años, y se conocen al dedillo.

Pennetta lidera los enfrentamientos 5-4, y ganó el más reciente tope, que data de los cuartos de final del US Open del pasado año.

Por primera vez en la historia de los torneos de Gran Slam, dos tenistas italianas disputarán una final.

Sólo la ya retirada Francesca Schiavone logró para Italia un título de Gran Slam, cuando se impuso en Roland Garros de 2010.

psl/cd

Mostrar comentarios