Real Madrid 2-2 Valencia: Parejo dinamita la Liga

    • El Madrid pierde la oportunidad de estrechar el cerco al Atlético de Madrid, que había perdido en el campo del Levante.
    • Cristiano Ronaldo rescató un punto en el minuto 93 que ahora deja a los blancos a expensas de una derrota colchonera y ser perfecto en sus partidos para levantar el título.
Iñaki Angulo

No fue el Madrid capaz de aprovechar el patinazo del Atlético el Madrid y a punto estuvo la Liga de quedar en la mano del Barcelona después de un partido que tuvo candado el Valencia hasta el descuento, cuando un gol de Cristiano Ronaldo rescató un punto insuficiente para los blancos en su persecución de los colchoneros. Tendrá que ser perfecto el conjunto de Ancelotti y ahora perder un partido el Atlético para ser campeón. El tanto del portugués al menos evitó el trance de asistir a la antesala de un nuevo campeonato barcelonista, además en las peores condiciones y con un equipo de vuelta.

Como caído del cielo de Múnich, aterrizó el Madrid en un partido en teoría diseñado para empujar al abismo al Atlético y ponerse en la órbita de un triplete inédito en la historia del club. Arracimados en torno a la promesa de la eternidad, Cristiano Ronaldo y Bale empezaron resueltos a desabrochar a un Valencia que se plantó en Chamartín repuesto del sopapo que le dejó a segundos de jugar la final de la Europa League. Bien plantados los de Pizzi, se movieron tanto los atacantes del Madrid que fueron imposibles de contener en los primeros minutos. Propulsados por la derrota colchonera, Cristiano salió con vocación de conquistar por la vía rápida la portería de Alves.

Ya en el segundo minuto, como quien se salta toda la chacha preliminar, se emplazó en el mano a mano con el portero tras romper por el centro y aprovechar una asistencia de Benzema. Remachó Ronaldo al estómago de Alves y el Valencia resistió un envite que seguramente lo hubiera descascarillado. Durante toda la primera mitad, el Madrid monopolizó el balón, acompasó sus líneas hacia el campo contrario y gozó de un buen ramillete de ocasiones. En casi todas, faltó un punto de precisión, el toque cirujano que marca la diferencia. Recibió varias en franquicia Benzema pero unas veces por atolondrado, otras por la solidaridad de Feghouli, nunca pudo propiciarse una buena situación. Tampoco Cristiano o un omnipresente durante los primeros compases Bale tuvieron su noche más afinada.

Excesivamente acogotado, el Valencia siempre tuvo claro por dónde jugar sus opciones de bingo: la banda defendida por Marcelo. El costado zurdo de la defensa blanca fue una veta que los visitantes explotaron con obstinación y convicción. Inteligente para ensanchar el campo, Marcelo fue un coladero atrás.

Fue enorme la salida que ofreció Feghouli a su equipo, siempre iniciando desde esa banda. El extremo argelino fue un tormento para el Madrid, incapaz de detectarlo y obstruir ni sus salidas ni sus llegadas a línea de fondo. La primera vez que alcanzó la orilla madridista sirvió un centro perfecto, tocado para la cabeza de Parejo, que estalló el balón contra el travesaño de López. Otro centro que no encontró rematador fue el resultado de la segunda incursión de Feghouli y un disparo suyo que obligó al portero a limar un balón precedió al corner que terminó en el tanto de Mathieu.

Se había quedado sin red el Atlético y se vio en el precipicio el Madrid, en un escenario que en el descanso dejaba al Barcelona dependiendo de sí mismo para ganar el título de Liga BBVA. Seguro que el más pesimista del lugar imagino a un rival en la ruina siendo campeón liguero, al verdugo de la ciudad reinando en Lisboa y al conjunto de Ancelotti postergado a un título copero. La respuesta del equipo fue contundente a la salida de los vestuarios. De repente, todo era aquí y ahora. Las clases particulares para Illarra se cancelaron con empresas inaplazables en ciernes y Di Maria entro para agitar al Madrid. Chamartín detectó el momento definitorio de la temporada y arropó al equipo en lo que fue un frenesí, una huida hacia delante pero con un ojo atrás ante las siempre peligrosas salidas del Valencia.

Entró el partido en un tobogán en el que emergieron los héroes correspondientes. Casi siempre, el asedio del Madrid se encontró con un Diego Alves que hay noches que parece sobrehumano. Hasta cuatro clarísimas le tapó a Cristiano durante la media hora final. No pudo hacer nada en un remate a bocajarro de Sergio Ramos, un frentazo a un metro después de que Ronaldo le asistiera con la cabeza. Los tambores de remontada atronaron en el Bernabéu. Carvajal, Ramos y Ronaldo imploraron a la grada un último empujón. Restaba media hora, el Madrid estaba con los ojos en sangre y el Valencia asistía impasible, encomendado a su portero. En esta tesitura, con los blancos volcados, apareció de nuevo Feghouli en el costado diestro para poner un balón atrás que Parejo, un apátrida de La Fábrica, cruzó ante la estirada de López. Fue memorable el partido de Feghouli, al alcance de pocos en un escenario así. Lo intentó por todas las vías el Madrid y con el espíritu de las grandes noches por bandera se abrazó a la opción de seguir luchando por un título. Una espuela de Cristiano Ronaldo en el descuento fue el toque de corneta final para un empate que deja la Liga en el alambre, con un imperativo de derrota del Atlético de Madrid (antes era empate) para que los blancos puedan levantar el trofeo.

Mostrar comentarios