Real Madrid – Barcelona: la afición merengue subió los decibelios

  • Comunión blanca en el Palacio de los Deportes: jaleados por la megafonía y los aficionados, el Real Madrid levantó a la grada con su baloncesto y se llevó la victoria en el Clásico (78-74).
La afición merengue subió los decibelios
La afición merengue subió los decibelios
lainformacion.com
José Martínez
José Martínez

El Palacio de los Deportes vibró con la actuación de su equipo y apretó en los momentos determinantes del partido. Fue una olla a presión alentada por el speaker, el periodista argentino Pedro Bonofiglio, encargado de encender el ambiente desde mucho antes del calentamiento con su particular locución. Después, la música a todo volumen y sus constantes arengas a la grada y el buen nivel del Real Madrid hicieron el resto para enganchar al público.

A diferencia del Bernabéu, donde la megafonía ocupa un papel muy secundario en la liturgia futbolística del Real Madrid –salvo la temporada de Arturo Sisó al frente del micrófono-, el baloncesto aprovecha la acústica de los pabellones para enardecer a los aficionados. Nada se dejó al detalle y la fiel afición blanca respondió en ella es habitual. Más de 8.000 espectadores acudieron al Clásico.

Los otros responsables del bullicio fueron un grupo de aficionados ataviados con camisetas moradas. Los Berserkers, situados en uno de los fondos de la pista, no pararon de animar al equipo entrenado por Pablo Laso. Siempre de pie, sus gargantas sonaron por toda la pista. Por fortuna, no hicieron honor al adjetivo inglés del que toman nombre –"berserk", que significa "muy enfadado, fuera de sí" y fueron el mejor estímulo para el Madrid.

El resto de la afición respondió a los estímulos del grupo más animoso del Palacio de los Deportes. A la inusual agresividad de Ante Tomic bajo el aro o los triples de Jaycee Carroll en el segundo cuarto, tiñendo de blancos las gradas. Sin embargo, los ataques del Barcelona eran recibidos con silencio, hasta que en los minutos decisivos el pabellón blanco se hartó a silbar, llevando a su equipo hasta su victoria consecutiva número 25 en la fase regular de la ACB. Los árbitros Hierrezuelo, Jiménez y Cortés también se llevaron su parte. Con la victoria ya decidida, el "así gana el Madrid" resonó en el pabellón.

Mostrar comentarios