Redacción de Deportes, 29 mar.- La selección española de rugby 7 tiene en el torneo de Tokio, séptimo de las Series Mundiales, la penúltima oportunidad para sumar los puntos que la saquen de las tres últimas plazas de la clasificación, cuyos ocupantes tras la octava etapa deberán disputar una promoción por la permanencia a mediados de mayo.
España, sin embargo, no lo tendrá fácil en la capital japonesa, puesto que ha quedado encuadrada en un grupo complicadísimo, junto a Portugal, Sudáfrica y Fiyi, y además contará con dos bajas importantísimas, la de su máximo anotador tanto de ensayos como de transformaciones, Perico Martín, y la del talonador Carlos Blanco.
Las plazas de estos dos jugadores, lesionados el fin de semana pasado en Hong Kong, han sido cubiertas por dos debutantes: el tercera línea de la UE Santboiana Rubén Sanz y el zaguero del Cisneros Manuel Sainz-Trápaga.
En la jornada del sábado, los hombres dirigidos por Tiki Inchausti tratarán de clasificarse para los cuartos de final, para lo que tendrán que ganar en su primer partido a Portugal, penúltima clasificada con nueve puntos más que los españoles, y después intentar dar la sorpresa frente a Fiyi o Sudáfrica, dos poderosas selecciones que ya batieron a España en la reciente cita en Hong Kong: 22-12 y 28-14, respectivamente.
El equipo polinesio, campeón en Hong Kong y segundo en la general, presenta la baja por sanción de su mejor jugador, Ilai Tinai, en cuyo puesto jugará Josefa Lilidamu.
Por su parte, los africanos, cuartos en la tabla y ganadores hace un mes en Las Vegas (Estados Unidos), recuperan en Tokio al apertura Cecil Afrika, una leyenda de las Series Mundiales gracias a sus casi 800 puntos anotados en las cuatro últimas temporadas.
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