'La Sombra', del quirófano al oro olímpico en boxeo

La noche de enero de 2014, ingresado de urgencia en el hospital de Camagüey tras recibir un tiro en la cadera izquierda en un intento de robo, Julio La Cruz pensó que su carrera en el boxeo había terminado.

Empero, dos años después, la lágrimas corrían de emoción por el rostro del joven de 27 años cuando le colgaban al cuello la medalla de oro en la división de los 81 kilos.

"Todavía guardo la bala en un pequeño frasco", recuerda La Cruz al rememorar el episodio el jueves, en un aparte con la AFP, minutos después de ganar su combate al kazajo Adilbek Niyazymbetov, en la final de los 81 kilos de los Juegos Olímpicos de Rio-2016.

Cuando fueron capturados días más tarde, sus atacantes dijeron que no sabían a quién estaban robando, y le pidieron perdón.

Cuba estuvo a punto de perder un campeón olímpico, pero el episodio marcó la vida de La Cruz, que tomó más en serio el boxeo.

"Me convertí en un boxeador mucho más disciplinado, con más dedicación. Antes yo era sólo un boxeador defensivo, con el apoyo de buenos movimientos de mis piernas y torso", recuerda La Cruz.

Antes de ser baleado, a La Cruz lo llamaban 'El Doctor', por sus movimientos casi quirúrgicos a la defensa. Pero empezó a trabajar con Raúl Fernández y éste lo convirtió en el mote que hoy sobrelleva con orgullo: "La Sombra".

"Lo que ves y no puedes pegar", asegura La Cruz, quien da el mérito a Fernández, veterano entrenador del equipo Cuba, y de otros campeones olímpicos y mundiales como Félix Savón y el fallecido Roberto Balado.

"Realmente me empujó para ser más agresivo en mi boxeo, e incorporé más movimientos de ataque. Nos pasábamos horas viendo videos de Balado y otros boxeadores cubanos de ese estilo. ¡Hasta de Alí! y eso me fue haciendo más boxeador", asevera.

La Cruz, que en los Olímpicos de Londres-2012 quedó eliminado en cuartos de final, corona cuatro años después un rico palmares, que incluyó el título del Campeonato del Mundo en Doha, Qatar.

Esta también es la primera medalla de oro que gana Cuba en la división de los 81 kilos.

"Mi objetivo era ser campeón olímpico, lo único que me faltaba en mi carrera, y hoy lo he logrado", apuntó La Cruz.

En su estilo de entrar y salir, bailar alrededor del rival y usar su velocidad de manos y piernas para marcar golpes desde todos los ángulos, 'La Sombra' cubana dio una demostración de lo que se trata el boxeo: dar y no recibir.

Empero, al público brasileño no le gustó mucho el combate y abucheó fuerte cuando La Cruz fue declarado vencedor.

El cubano se tomó con filosofía la reacción del público.

"Yo respeto la opinión del público, pero los jueces son los que deciden", afirmó.

"De todas formas, le doy las gracias al público brasileño por el apoyo que nos han dado a todos los boxeadores en estos Juegos, por llenar la arena cada día, porque en definitiva, uno pelea para ellos, los aficionados", acotó La Cruz.

Nacido en la central provincia de Camagüey, La Cruz es el cuarto boxeador cubano que alcanza medallas olímpicas en esta difícil categoría, primero desde Moscú-80, y también primero que logra el oro.

La medalla dorada del camagüeyano es la número 26 del boxeo cubano en Juegos Olímpicos.

"Este triunfo servirá para estimular a mis otros dos compañeros que subirán al ring por medalla de oro", indicó.

"Cuba no está muerta aún en el medallero. Cuba puede ganar el boxeo porque Robeisy y Arlen van a bajar del ring con el oro en sus pechos", manifestó De la Cruz.

Robeisy Ramírez y Arlen López peleará el sábado por medallas de oro en las finales respectivas de los 56 y los 75 kilos.

Confiesa que a cada rato toma en sus manos el frasco donde guarda la bala que pudo haberle cambiado la vida.

"La guardo como recuerdo que la vida es valiosa, que en un instante te cambia, y que hay que aprender a disfrutarla. Y eso es lo he hecho en estos Juegos Olímpicos: disfrutar", aseguró La Cruz.

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