Una hora y media antes del comienzo del encuentro, un grupo de aficionados del Olympiakos se enfrentó a la policía, lanzando a los agentes piedras y otros objetos en las inmediaciones del estadio.
La policía tuvo que responder con gases lacrimógenos.
También se registraron enfrentamientos entre aficionados y la policía en el interior del estadio, cerca del túnel de salida de los jugadores.
Un policía resultó herido tras recibir el impacto de una silla arrancada de las tribunas.
Cuando los jugadores del Olympiakos saltaron a la cancha, sus aficionados encendieron varias bengalas.
La violencia es un mal recurrente en el fútbol griego. En marzo pasado, el Parlamento adoptó una nueva ley para luchar contra este fenómeno y prevé especialmente la anulación de los partidos si se producen episodios violentos como los vividos este sábado en Atenas.
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