Madrid, 14 dic.- La tranquilidad y la ausencia de altercados han marcado las horas previas al inicio del Atlético de Madrid-Villarreal, mientras que el fondo sur del Vicente Calderón, donde se ubica el Frente Atlético, permanece en silencio y con mucha menos afluencia de aficionados de lo habitual una vez comenzado el partido.
Unos 750 efectivos de la Policía Nacional se han encargado de blindar el recinto rojiblanco durante la tarde para impedir incidentes antes, durante y después de un duelo calificado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia.
Los 35.000 espectadores que asisten al partido y que pueblan las gradas, en las que no hay símbolos alusivos a la peña ultra, han querido reivindicar su condición de aficionados y, al grito de "estos son los hinchas del Calderón", han saludado al equipo a la salida al terreno de juego y han recriminado al Frente Atlético los hechos acaecidos hace dos semanas.
El Atlético ha colgado en todos los accesos al estadio un cartel en el que se recuerda a los espectadores las normas de buen comportamiento, mientas que las puertas 43 y 46, por las que suelen entrar los miembros del Frente, han sido sometidas a una vigilancia especial.
La entrada al fondo sur ha estado vigilada por un amplio cordón policial y se pedía a todos los aficionados que mostraran su DNI y su abono nominal, y en algunos casos se ha procedido al registro de material.
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