Un año después, Tiger Woods se hunde y su ex mujer vive la vida

  • Se cumple un año del divorcio de Tiger Woods y Elin Nordegren. Mientras él se despeña, ella disfruta discretamente de una vida de ensueño: alejada de los medios, sale con un millonario, estudia y disfruta discretamente de los 300 millones del divorcio.
Los divorcios más caros de la historia del deporte
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Quique Peinado

El 23 de agosto se cumplirá un año del fin del matrimonio entre Tiger Woods y la ex modelo sueca Elin Nordgeren. Aquel día se cerró el acuerdo de divorcio y, para 'celebrarlo', Woods no pasó el corte en el PGA Championship (regresaba a un 'Grande' tras 11 semanas parado) y recibió la noticia de que la marca de relojes Tag Heuer dejaba de patrocinarlo tras 10 años de relación. Para dejar clara cuál era la razón, la empresa emitió un comunicado: "Deseamos a Tiger que supere pronto sus problemas".

Fue una semana más en la rutina perdedora en la que ha entrado  un hombre que se bajó del pedestal de padre de familia perfecto y mejor golfista de todos tiempos hace demasiado tiempo. Es habitual que no gane (logró su último torneo en diciembre de 2009) y también es usual que le dejen los patrocinadores por su mala imagen: antes que Tag Heuer lo hicieron Gillette, Accenture, AT&T y Gatorade. Está el número 30 del mundo y, a sus 35 años, cuesta verle recuperando una pizca de su esplendor deportivo y su poderío económico. Según Forbes, en 2009 era el deportista más rico del mundo con 105 millones de dólares de ganancias al año. Ahora esos ingresos son menos de una quinta parte.

Entre tanto, a la discreta Elin Nordegren, la mujer que sufrió la humillación pública de la exposición masiva de las infidelidades de su marido, la vida le sonríe. Volvió a Suecia, estudia psicología y, desde hace un mes, sale con el megamillonario Jamie Dingman, hijo del inversor Michael Dingman.

El hecho de que él sea riquísimo (maneja las inversiones familiares en China viajando en su lujoso jet privado) no debe tener demasiada importancia para la ex modelo de 31 años: con los 300 millones de dólares que, se estima, obtuvo del divorcio le da de sobra para sustentarse ella y sus dos hijos en Estocolmo.

La obsesión de Nordgeren este último año ha sido mantenerse fuera de los focos de los medios. Lo ha conseguido. Mientras Tiger se cuece en el caldo de su fracaso, ella florece en el que, dicen, es el mejor momento de su vida.

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