Arnold Fiek dio un gran susto en el Gran Premio de Lugano que se celebró el pasado domingo en Suiza. El ciclista alemán salvó su vida de milagro tras perder el control de su bicicleta y desempeñarse por un puente a 12 metros de altura.
Según relató a 'La Gazzetta dello Sport', "la carretera estaba resbaladiza y me caí en una curva a la derecha. Traté de agarrarme a la barandilla, pero no pude. Me di un golpe en la cadera contra la pared y caí al agua". Tras caer a las gélidas aguas del lago de Lugano, el ciclista nadó durante 10 minutos hasta ser rescatado por un barco de la organización.
"Tuve mucha suerte, si me hubiera golpeado la cabeza no habría ido tan bien. En el agua me dije, 'esto se ha acabado', pero nunca se sabe. Después, nadé hasta la orilla con mucho dolor". Agregó el ciclista que finalmente 'sólo' se ha fracturado la carrera.
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