Un Copa del Rey de más a menos y de pívot inesperados

  • La Copa del Rey que se ha disputado este fin de semana en Vitoria ha sido un torneo de menos más, con la traca que debería haber sido final, el Madrid-Barcelona, estallando al principio y la aparición estelar de varios jugadores, todos pívot a los que no se esperaba (Tomic, Aguilar, Rey, Faverani).

Ramón Orosa

Vitoria, 11 feb.- La Copa del Rey que se ha disputado este fin de semana en Vitoria ha sido un torneo de menos más, con la traca que debería haber sido final, el Madrid-Barcelona, estallando al principio y la aparición estelar de varios jugadores, todos pívot a los que no se esperaba (Tomic, Aguilar, Rey, Faverani).

Si por algo se recordará a Vitoria 2013 será, sin duda, por histórico Real Madrid-Barcelona que abrió la competición. Fue el primer partido y la verdadera final.

Un choque que batió todos lo récords y que tras dos prórrogas memorables dio el pase a semifinales a los de Xavi Pascual, un técnico sigue engrosando un palmarés excelso a pesar de su juventud.

Quizás premió al que más lo mereció el 108-111 final, porque el Barcelona llevó la iniciativa durante todo el partido. Aunque en el tramo final del tiempo reglamentario, justo con la aparición Felipe Reyes para hacerse con rebotes trascendentales, el Madrid vio la victoria casi en el bolsillo.

No fue así y el Barcelona dio el primer paso en un torneo de trabajo coral pero en el que siempre contó con el jugador adecuado para ir decantando las cosas a su favor.

Pete Mickeal en la primera mitad ante el Madrid, Ante Tomic, posteriormente; Juan Carlos Navarro, en la semifinales contra el Baskonia, al que dio la puntilla Erazem Lorbek. El esloveno también fue decisivo frente al Valencia en una final que fueron decantando, sucesivamente, Víctor Sada, Marcelinho Huertas -el más regular de los blaugranas, Nathan Jawai y Tomic.

La vitoria del Barçá sobre el Madrid fue la única sorpresa, si puede catalogarse así el siempre incierto gran clásico del baloncesto español, en un fin de semana que, por lo demás, se ciñó al guión: un lado del cuadro muy fuerte y el otro más sencillo y abierto hasta la final.

Si acaso también fue inesperada la decepcionante actuación de un Uxúe Bilbao Basket siempre guerrero y el viernes hasta pasota. A Estudiantes le hizo casi más daño la baja a última de Carl English que un Valencia Basket al que se le presentó todo de cara para terminar con la mala racha con la que llegó a la capital alavesa.

Bien el Herbalife Gran Canaria acabando de manera brillante frente al Uxúe con sus sinsabores de las siete veces anteriores, todas cayendo en cuartos.

Por el lado duro del cuadro, el Zaragoza aguantó lo pudo, medio partido, a un Caja Laboral dispuesto a ser la alternativa a los grandes. Amagó con ello en semifinales, pero le duró la cuerda 30 minutos ante un Barcelona otra vez a velocidad de crucero y de nuevo aspirante a campeón de todo tras un comienzo de curso titubeante.

En cuanto a jugadores, Vitoria 2013 ha sido la de los pívot a los que no se esperaba. Primero Tomic, que se tomó cumplida revancha con el Madrid, que le dejó escapar; luego Pablo Aguilar, del que entre lesiones y que no acababa de explotar, apenas si había ya noticias; un caso parecido al de Rey, espléndido como los anteriores y como Vitor Faverani, todos en cuartos de final.

Tomic y Faverani no se conformaron solo con aparecer en el primer partido. El croata fue seria competencia a Mickeal para el MVP y el hispano brasileño lo hubiese sido de ganar el final el Valencia.

Como en toda Copa del Rey de baloncesto de un par de décadas para acá, desde que se juega en este formato de ocho equipos a vida o muerte en un fin de semana, hay que hablar de las aficiones.

Entre ellas, la más destacada y la que se llevó todo el afecto del resto, la 'pío, pío' del Gran Canaria. También destacada la de Estudiantes, que comprendió la inferioridad de su equipo sin English y después mostró su lado más social y reivindicativo con su lema de "Sa-ni-dad pú-bli-ca".

No obstante, el Fernando Buesa Arena fue sobre todo -no podía ser de otra manera- baskonista. Lo notó su equipo, como siempre, y lo notaron sus eternos rivales: por este orden, Real Madrid, Barcelona y Bilbao Basket, en los que centraron su iras.

En definitiva, un buen torneo, aunque de más a menos; un partido para la historia, el Madrid-Barça de cuartos, y el regreso a primer línea de varios jugadores medio olvidados. Además de Tomic, Aguilar, Rey Faverani. Un detalle éste que tiene un destinatario concreto, un hombre seguro que más feliz que hace cuatro días: el nuevo seleccionador nacional, Juan Antonio Orenga.

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