Un futbolista del Terrassa deja su equipo para ayudar a los refugiados en Lesbos

    • Samu Pérez abandonó la disciplina de su equipo durante quince días para ayudar en las tareas de rescate de refugiados sirios en la costa de la isla griega de Lesbos.
    • "Las fotos y lo que muestran las noticias es muy poco comparado con la realidad", asegura el futbolista del Terrassa FC de Tercera División. 
Refugees and migrants disembark on the Greek Lesbo
Refugees and migrants disembark on the Greek Lesbo

El fútbol cada cierto tiempo nos deja gestos elogiables y bellos como el realizado por Samu Pérez, futbolista del Terrassa FC de Tercera División, que abandonó la disciplina de su equipo el mes pasado, durante quince días, para ofrecer su ayuda a los refugiados sirios en Lesbos.

El jugador se fue a la isla griega de Lesbos junto a su ONGOpen Arms para ayudar a aquellas personas que huyen de su país, sumido en la guerra, y parten en busca de un hogar mejor, aunque eso les cueste vivir infernales jornadas (e incluso mortales en algunos casos) en las aguas del mediterráneo.

"Era una oportunidad de hacer algo bueno y ayudar a gente a la que de verdad le hacía falta", cuenta Samu Pérez a 'Onda Cero'. A sus "muchas ganas de ir" se unieron los ánimos de su club y su entorno, que le animaron y le desearon "mucha suerte" en su viaje.

El futbolista explica con detalle qué es lo que se encontró en la orilla cuando llegaba las barcas a la costa. "Las fotos y lo que muestran las noticias es muy poco comparado con la realidad", asegura. Algunos llegaban muy agradecidos, gritando, otros llegaban con hipotermia, muy asustados, ilustra Samu.

La tarea concreta en la que estaba involucrado Samu (y su ONG) era la del rescate en la costa, luego son otros voluntarios los que se encargan de darles ropa seca y guiarles en su nuevo camino por Europa. Cuando los refugiados daban sus primeros pasos en la orilla, les hablaba un poco en inglés y un poco en su idioma, con cuatro o cinco frases aprendidas.

Samu califica de "fuertes" las condiciones en las que llegan a veces los bebés y niños. "Llegan empapados de agua, tiritando, algunos con los gorros de lana hasta los ojos, que se los bajan sus padres para que no vean nada, un poco asustados", describe.

A pesar de lo duro de lo visto, Samu sabe que con poco se puede hacer mucho e invita a la gente a que, cuando sientan "el gusanillo de hacerlo", lo hagan. "No se arrepentirán". Él tiene claro que "volvería mañana mismo, pero depende también de otros aspectos".

Samu también lanza un mensaje para reflexionar: "Quien te dice a ti que mañana no pasa algo aquí y estamos de aquí a un mes como ellos, queriendo escapar de nuestro país. Es duro porque seguramente uno de esos chavales también quería ser futbolista. Hay que valorar lo que se tiene y cuidarlo".

Este fin de semana, Samu, ya de vuelta en España, se medirá con su equipo al Sant Andreu, club que ha organizado una recolecta de fondos para ayudar a los refugiados. "Es un bonito gesto", expresa.

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