Un médico relacionado con el dopaje intervino en la fulgurante recuperación de deportistas

  • Sabino Padilla participó en el novedoso procedimiento para regenerar los tejidos de los deportistas. El método ha sido aplicado con éxito en varios casos, como Nadal, Tiger Woods, o varios jugadores del Barcelona, y ha producido admiración.
Nadal jugará el torneo de exhibición de Abu Dhabi
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lainformacion.com / Getty images
Aitor Amorós

El tratamiento "milagro" gracias al cual Rafa Nadal o los jugadores del Barcelona se han recuperado de sus lesiones tiene detrás a un doctor que tiene en su historial un caso de dopaje: Sabino Padilla.

El médico vasco, conocido mundialmente por ser el galeno del ciclista Miguel Indurain o el atleta Martín Fiz, participó de manera decisiva en el sistema de regeneración de tejidos que ha llamado la atención a medio mundo y que está siendo utilizado por los mejores deportistas del mundo, como Tiger Woods.

Pero también es conocido por haber sido el médico del Athletic de Bilbao (desde 1995 hasta 2008), en la etapa en la que uno de los jugadores, Carlos Gurpegui, dio positivo por nandrolona.

Hoy Padilla es junto a Mikel Sánchez, (el traumatólogo que aplica esta cura) y Eduardo Anitua, uno los padres del invento regenerador. Anitua fue el dentista que patentó el tratamiento, según explica un reportaje de Marca, "para regenerar huesos", tanto en las extracciones dentarias como en los implantes. Consultado por este medio, el odontólogo confirma la participación de Padilla y de los servicios médicos del Athletic de Bilbao en dicho tratamiento.

El procedimiento consiste en la utilización de la sangre del propio paciente para procesarla y obtener un plasma rico en proteínas y colocarla en la zona a tratar. Las proteínas incorporan factores de crecimiento, lo que permite al cuerpo cicatrizar la zona afectada con mayor prontitud, ya que en menor plazo de tiempo tendrá a un número de células cuatro veces superior trabajando.

La Agencia Mundial Antidopaje incluyó este tratamiento en su lista de prohibiciones. Poco después rectificó. Según explica Anitua, "sólo la infiltración muscular se puso en duda por la AMA".

En el año 2002, la Universidad de Oviedo les galardonó con el tercer puesto en el Premio Nacional de Investigación en Medicina del Deporte al artículo "Novedosa utilización de un plasma rico en factores de crecimiento para la regeneración del tendón de Aquiles", el cuál firmaban Mikel Sánchez, Eduardo Anitua, Isabel Andía, Juan Azofra y Sabino  Padilla.

El 26 de noviembre de 2003, Eduardo Anitua, Mikel Sánchez y el propio Sabino Padilla hicieron público este tratamiento en la presentación del simposio que sobre esta materia se celebró en Vitoria. Según comentaron en dicho acto, consistía en "sistema de regeneración de tejidos eficaz y sin efectos secundarios, además de sencillo y barato". El coste, en aquel entonces, era de 5 euros.

Otro ejemplo más de la relación del ex doctor del Athletic con este tratamiento es que tiene reseñado en su Currículum Vitae una referencia al artículo que en el año 2003 escribió junto a Anitua, Sánchez, Azofra y Andía, bajo el título "Plasma rich in growth factors to treat an articular cartilage avulsion: a case report" ('Plasma rico en factores de crecimiento para tratar extirpaciones de cartílago en las articulaciones: un informe sobre un caso') en la publicación Medicine and Science in Sports and Exercise.

Un médico marcado por el caso Gurpegui

La llegada de Padilla al Athletic de Bilbao se produjo en el año 1995, cuando se hizo cargo de los servicios médicos del club bilbaíno. Los resultados del equipo en sus primeras temporadas fueron muy buenos, clasificándose para disputar la Liga de Campeones en la campaña 1998-99 tras lograr el subcampeonato en la temporada del Centenario rojiblanco.

En septiembre de 2002 el escándalo saltó con el positivo por nandrolona de Carlos Gurpegui, por entonces una joven promesa de 'los leones'. Padilla defendió la inocencia del futbolista, afirmando que su propio organismo "producía de manera endógena un exceso de dicha sustancia", y negando que los niveles se debieran al dopaje. Tras una larga batalla con el Consejo Superior de Deportes, la Audiencia Nacional sanciona al jugador, el 31 de julio de 2006 con dos años suspensión, después de que el club acudiera a la justicia ordinaria.

Doce años más estuvo en su cargo, hasta que el presidente Fernando García Macua le convenció para que abandonara el club y renunciara a los 1'8 millones de euros que tenía establecido en su contrato como penalización.

Ahora su nombre vuelve a estar de actualidad con un tratamiento "mágico" que recupera a los deportistas lesionados antes de tiempo y que ha estado bajo la sospecha del dopaje.

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