Una liga de baloncesto donde el tamaño no importa en Filipinas

  • Roland Galang es rápido, lee el juego y reparte asistencias como un gran base, y aunque sólo mide 1,65 metros de altura, puede lucir todo su talento en el nuevo torneo de baloncesto para "bajitos" con cada vez más adeptos en Filipinas.
lainformacion.com

A sus 17 años, ganó el domingo junto a sus compañeros del KIA Motors la final de su categoría de la Below 6 Basketball League (B6BL), que sólo admite a jugadores con una estatura inferior a 6 pies o 1,83 metros. "El baloncesto se basa en el corazón y las habilidades del jugador, no en la altura", aseguró Galang tras obtener el triunfo, un jugador que sueña con jugar algún día en la NBA junto a su ídolo Kobe Bryant.

Pero la cruda realidad es que, al igual que otros "tapones", no sería aceptado en los campeonatos profesionales filipinos, que cuentan con un sinfín de extranjeros y nacionalizados que superan ampliamente los dos metros.

Esos jugadores son auténticos gigantes en un país donde la estatura media es de apenas 1,63 y llegar a machacar era una utopía hasta que llegó la B6BL. "La idea surgió en 2005, cuando empezamos con los torneos para empresas. Teníamos equipos cuyos jugadores tenían una estatura inferior a los seis pies, por lo que montamos una división separada para ellos", explicó el presidente de la liga, Nilo Fernández.

Poco a poco, la iniciativa fue cuajando, y ahora el campeonato cuenta con más de 200 clubes repartidos en siete divisiones y acaba de firmar un acuerdo con una televisión nacional para retransmitir sus partidos y promocionar el torneo.

Sin la desventaja física, los "bajitos" pueden competir en igualdad de condiciones y desarrollar su juego sin la presión habitual, hasta el punto de atreverse con "alley-oops", que jamás podrían llevar a cabo contra rivales de mayor envergadura. "Queremos contribuir al resurgimiento del deporte local, para los filipinos", que según Fernández, deben aprender a aprovechar sus cualidades de rapidez y habilidad para contrarrestar sus carencias en kilos y centímetros.

Su gran ejemplo es Nate Robinson, actual base de los Seattle Supersonicks de la NBA que ha ganado tres concursos de mates del All Star midiendo 1,75 de altura.

Filipinas es la única nación de Asia donde el deporte nacional es el baloncesto, una herencia del periodo colonial estadounidense. La afición es tal que en todo el archipiélago se pueden ver canchas improvisadas en callejuelas, plazas, garajes e incluso en medio de la selva, donde niños y mayores luchan como posesos por cada rebote y visten camisetas falsificadas de sus ídolos Bryant, LeBron James o Kevin Garnett.

Algunos ex jugadores se hicieron tan famosos que continuaron sus carreras en el mundo del espectáculo o la política, como el antiguo senador Robert Jaworski, mientras las actuales estrellas de la PBA -versión local de la NBA- viven como reyes gracias a sus millonarios contratos publicitarios con marcas de cerveza o telefonía móvil.

Hasta hace varias décadas, Filipinas era la gran potencia del continente y puede presumir de un tercer puesto en el Mundial de 1954 en Brasil. No obstante, ese éxito fue el principio del fin, pues el nivel fue decayendo hasta que en 2009 ocurrió la gran humillación: quedar últimos en el torneo asiático de la FIBA.

Aquel revés sentó muy mal entre la población y Coca Cola decidió retirar su patrocinio a "Team Pilipinas", impotente ante la fuerza y los centímetros de la China del enorme Yao Ming. "A largo plazo, nos gustaría ayudar a que el baloncesto filipino se recupere y vuelva a clasificarse para los Juegos Olímpicos", señaló Fernández, quien aspira a exportar su liga a otros países que no destacan por su altura.

Mostrar comentarios