Max Verstappen, montado en un RB7 de 2011, puso a prueba su habilidad al volante en la nieve austriaca. El piloto de Fórmula 1 holandés, premiado como el mejor debutante de la temporada 2015, se lució ante 3.500 espectadores y leyendas como Gerhard Berger y Helmut Marko a una altura de 1.600 metros.
El compañero de Carlos Sainz, tras su exhibición alpina, se mostró entusiasmado por la experiencia, aunque reconoció la dificultad de conducir sobre la nieve: "Fue realmente genial y muy divertido. Mantener el coche en la pista era un verdadero desafío. Somos definitivamente mejores en patinaje sobre hielo".
El monoplaza fue transportado hasta la estación de esquí deHahnenkamm (Kitzbühel, Austria) en helicóptero. En un principio, le iban a colocar al coche unos Pirelli Sottozero (neumáticos de clavos), pero, viendo que se deslizaba demasiado, le pusieron cadenas para ganar adherencia y evitar riesgos innecesarios.
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