El bombardeo a un hospital de Médicos sin Fronteras en la ciudad afgana de Kunduz el año pasado se debió a una serie de errores y debe ser castigado, pero no puede ser considerado como un crimen de guerra, dijo este viernes el Pentágono.
En una conferencia de prensa el general Joseph Votel, del Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses, explicó que en el ataque lanzado el 3 de octubre de 2015 la tripulación del avión AC-130 no disponía de una lista de sitios protegidos en la región de Kunduz.
La aeronave equivocadamente dirigió su ataque contra el centro médico donde eran atendidos pacientes con traumas lo que provocó unos 40 muertos entre pacientes, familiares y personal sanitario.
Hasta ahora Estados Unidos ha anunciado sanciones contra una decena de militares por los errores que llevaron al bombardeo de una instalación médica.
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