"Cualquier esfuerzo que frene la violencia, salve vidas y cree las condiciones para unas nuevas y productivas negociaciones políticas es bienvenido", ha asegurado el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Mark Toner, en un comunicado. "Esperamos que sea respetado por todas las partes", ha añadido.
Estados Unidos ha quedado fuera de las negociaciones de este acuerdo, impulsado en esta ocasión por Rusia --aliado del régimen de Bashar al Assad-- y por Turquía. Ambos países actuarán también como supervisores de la tregua, que afecta a todo el territorio y obliga a las partes a no intentar nuevos avances militares.
Toner ha confirmado que Washington ha pedido "más detalles" del acuerdo a Moscú y Ankara, si bien ha dejado claro que el objetivo final de cualquier avance debe ser avanzar hacia un "proceso político" que permita una solución "duradera" del conflicto iniciado en marzo de 2011.
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