Homenaje a Kerry del pueblo bretón donde hay una casa de sus abuelos

  • El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, visitó hoy el pueblo bretón donde hay una casa de sus abuelos, Saint Briac, que le rindió homenaje en el marco de las conmemoraciones del desembarco de Normandía.

París, 7 jun.- El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, visitó hoy el pueblo bretón donde hay una casa de sus abuelos, Saint Briac, que le rindió homenaje en el marco de las conmemoraciones del desembarco de Normandía.

Kerry, que recibió los honores en el Ayuntamiento de Saint Briac, contó allí la relación de su familia con esa localidad, a la que agradeció el trato que les dio durante y después de la Segunda Guerra Mundial, según un comunicado de su departamento.

"Sé que hablo en nombre de toda mi familia cuando digo que nunca olvidaremos a la gente de Saint Briac, el valor y la amabilidad de este pueblo", destacó.

Se refería así a que los habitantes, antes de que los nazis lo ocuparan al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, recuperaron algunos bienes de la vivienda que había sido bombardeada, y se los restituyeron a su abuela al término de la contienda.

También aludió a su primera visita a Saint Briac, cuando tenía unos cuatro años, junto a su madre, que volvía por primera vez a Francia, de donde había salido al inicio de las hostilidades.

Su abuelo materno, James Forbes, era un hombre de negocios de una rica familia de Boston que en la década de 1920 tenía negocios con Francia, donde nacieron dos de su hijas, Rosemary -la madre del jefe de la diplomacia estadounidense- y Fiona, que hizo su vida en Francia, madre del exministro francés del Medio Ambiente Brice Lalonde.

Kerry hizo hincapié en que Francia, que vivió la "tragedia" de la Segunda Guerra Mundial, supo "reconstruirse, ladrillo a ladrillo, y hoy es más fuerte que nunca".

El secretario de Estado, que ayer estuvo en las playas del desembarco de Normandía en los actos oficiales de conmemoración del 70 aniversario en los que participaron mandatarios de una veintena de países, también rindió homenaje a los militares estadounidenses que participaron en la liberación de Saint Briac, en particular de tres que murieron en ese pueblo.

Contó que uno de ellos, el capitán John Wilmer, de Washington, antes de morir en los combates había escrito una carta dirigida a la hija que esperaba y que no había nacido todavía en la que daba las razones de su implicación en esa contienda.

"Su explicación -según Kerry- fue muy simple. Dijo a su hija, a la que nunca conoció: 'La familia, la casa y el derecho de respirar libremente. Estas son las cosas por las que estoy dispuesto a morir luchando. Soy feliz luchando por ellas".

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