El coste de los derribos, ejecutados por la empresa Excavaciones Palomera, asciende a 19.210 euros, que serán repercutidos por el Consistorio a los propietarios.
El Ayuntamiento ha explicado que se trataba de edificaciones construidas antes de 1920, según catastro, y deshabitadas; en las que los servicios técnicos municipales constataron "graves deterioros" en las cubiertas, lo que provocaba la entrada de agua en el interior, así como daños en las estructuras, totalmente expuestas a las inclemencias meteorológicas.
Respecto al número 63, situado entre las dos construcciones anteriores, ya había sufrido numerosos derrumbes interiores y de cubierta.
Estas construcciones se encontraban además, según el Ayuntamiento, en situación urbanística de fuera de ordenación y las obras necesarias para su recuperación y garantizar la seguridad superarían ampliamente las permitidas en estos casos, lo que obligó a declarar los inmuebles en ruina.
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