Las grandes entidades bancarias sorprenden con algunas medidas en la lucha contra la crisis que sufre el sector. El Banco Santander comunicó el jueves que realizará un "ajuste de plantilla" y cerrará 450 oficinas para llevar a cabo "una etapa de grandes cambios", iniciada por Ana Botín desde que sucedió a su padre al frente de la empresa.
El motivo del cierre de sucursales y el despido de empleados es el "actual entorno económico y el fuerte incremento de los costes regulatorios".
La entrada al mercado de nuevos competidores, la coyuntura económica y financiera, la revolución tecnológica y la caída en la demanda de créditos conducen a la entidad bancaria a tomar medidas que en un pasado serían impensables, según el consejero delegado, José Antonio Álvarez.Hacia un modelo de macrosucursales
El cierre de las oficinas más pequeñas, que cuenten con un número de empleados que oscile entre uno y tres, se compensará con la concentración de actividad en las grandes sucursales.
El 13% de las 3.467 sucursales se verán afectadas por las nuevas medidas que pretenden reorientar la estructura del Banco Santander hacia un modelo de macrosucursales que se reducen a dos en la actualidad. El 72% de las oficinas cuentan con un grupo de empleados entre uno y tres trabajadores.
La noticia no sorprende a los empleados, a quienes informó el consejero delegado de la clausura de las sucursales a lo largo de este año y la reducción de servicios centrales, que supondrá el despido de parte de la plantilla.
Los sindicatos temen despidos masivos -entre 1.000 ó 2.500- a pesar de que el Banco Santander no ha comunicado por el momento una cifra en relación a las bajas. Dichos cálculos proceden de la fusión de Banesto y Banif, que provocó el anuncio en 2012 del cierre de 700 oficinas, lo que se traduce en un excedente de 2.500 empleados de los 24.216 que conforman la plantilla de la entidad en España.Bajas incentivadas y prejubilaciones
Bajas incentivadas, con compensaciones de 52 días por año trabajado, y prejubilaciones con el 70%-80% del sueldo serán las vías para "pactar" las bajas de los empleados. En caso de no llegar a un acuerdo, el Banco Santander podría verse obligado a impulsar un expediente de regulación de empleo (ERE).
Las bajas serán voluntarias pero también selectivas, lo que significa que la entidad se reserva el derecho de aceptar o no la baja voluntaria.
Por otro lado, la entidad invertirá en la modernización de los cajeros y la digitalización y simplificación de procesos y trámites.
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