Brasil proyecta déficit fiscal de USD 41.300 M en 2017, menor al de este año

El gobierno interino de Brasil proyectó un déficit fiscal de 41.300 millones de dólares al cierre de 2017, 18% menor al previsto para este año en recesión, informó este jueves el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

El equipo económico de Michel Temer, que asumió de forma interina mientras la mandataria Dilma Rousseff es sometida a un juicio político, fue autorizado a gastar más de lo que recaude el Estado este año -déficit de 170.500 millones de reales (USD 50.670 millones)- en medio de un severo cuadro económico.

El déficit de 139.000 millones de reales (USD 41.300 millones) proyectado para el año próximo "es un número alto, ciertamente, pero es un número que tiene una caída sustancial de lo que sería el resultado siguiendo las tendencias de los próximos años para ingresos y gastos", explicó Meirelles en una rueda de prensa.

Ese número se conseguirá sólo con un "esfuerzo enfocado en [la reducción] del gasto y la generación de nuevos ingresos" a través de la venta de activos y la entrega de concesiones de aeropuertos y en el área petrolera.

Temer, exvicepresidente de Rousseff convertido en su principal enemigo, ha dicho que la prioridad de su gobierno sería poner orden en las cuentas públicas y lograr que la economía vuelva a crecer.

Afirmó inclusive esta semana que estaba preparado para tomar "medidas impopulares" para lograrlo.

Meirelles, que fue presidente del Banco Central durante el gobierno Lula (2003-2010), indicó que el gobierno no descarta "aumentos puntuales de impuestos".

"Estaremos definiendo esta cuestión hasta fines de agosto, cuando tendremos definido el presupuesto de 2017 y definiremos necesario y si será necesario la elevación de algún tributo", señaló.

La prensa local esperaba que la meta fuera de 150.000 millones de reales (USD 44.600 millones) de déficit.

El Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil cayó 3,8% en 2015, mientras proyecta una contracción similar en 2016 y crecimiento cero para 2017. Todo esto en un escenario de elevada inflación y creciente desempleo así como una severa crisis política.

Y con esta nueva proyección, la mayor economía latinoamericana se prepara para terminar su cuarto año con un rojo fiscal.

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