Bruselas no congelará los fondos estructurales ni a España ni a Portugal

  • Las autoridades europeas advierten de que el borrador presupuestario para 2017 está en riesgo de no cumplir con los nuevos objetivos fiscales pactados.

    Tras perdonar la sanción y no congelar los fondos, parece que la ortodoxia económica y la austeridad son cosa de un pasado cercano.

El ministro de Economía, Luis de Guindos
El ministro de Economía, Luis de Guindos
L.Díaz
L.Díaz

Si a finales de julio Bruselas indultó a España, ahora vuelve a conceder una bula al Gobierno de Mariano Rajoy y no congelará los fondos estructurales. Pese a haber incumplido el objetivo de déficit -se quedó en el 5,1% en lugar de 4,2%-, el informe de "medidas efectivas" que remitió el Gobierno de Rajoy para corregir el desvío de las administraciones públicas ha convencido a Bruselas.

"La Comisión ha llegado a la conclusión de que el procedimiento por déficit excesivo debe mantenerse en suspenso. En consecuencia, el evento que requería una propuesta para suspender parte de los fondos estructurales y de inversión no sucederá y no habrá tal propuesta", afirma el documento del Ejecutivo comunitario.

Eso sí, advierten de que el borrador presupuestario para 2017 está en riesgo de no cumplir con los nuevos objetivos fiscales pactados. Para los economistas de Bruselas, el déficit se situará al 3,8% el próximo ejercicio y no al 3,1% al que aspira el Gobierno. "Teniendo en cuenta la naturaleza de las proyecciones sin cambios en las políticas, las previsiones de la Comisión calculan que ni el objetivo intermedio de déficit ni el esfuerzo fiscal recomendado se cumplirán", explica.Las sanciones, "en suspensión"

Parece que el expediente de 2015 queda cerrado parcialmente. Pero para evitar males mayores Rajoy deberá presentar pronto sus Presupuestos adaptados al 2017, y no los prorrogados actuales. Aunque el caso podría renacer si el Gobierno de Rajoy no toma medidas efectivas.

Lo mismo ocurre con Italia, Bélgica, Portugal, Finlandia, Lituania, Eslovenia y Chipre, a los que la Unión Europea ha advertido de que sus Presupuestos dejan mucho que desear y que deberán adoptar medidas para cumplir con el objetivo de déficit.

De momento la congelación estará "en suspenso" mientras el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy trata de alcanzar pactos con los partidos de la oposición para reducir el volumen de déficit en 2017. Por lo que la reforma en el Impuesto de Sociedades ha sido suficiente para convencer a Bruselas y para recaudar más de los esperado: 9.000 millones gracias al adelanto de los pagos.

Según apuntó el ministro de Economía, Luis de Guindos, la semana pasada, las medidas adoptadas, como el cierre anticipado del presupuesto de este año y la ya mencionada reforma del impuesto de sociedades, tendrán un impacto por encima de los 10.000 millones.

"No vamos a proponer suspender estos fondos. Sé que es lo que se esperaba y es, obviamente, una buena noticia para dos países en los que los fondos europeos juegan un papel importante para sostener inversión y queremos que Europa ayude a salir de la crisis", ha expresado en rueda de prensa el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici.El giro de Europa

Esta decisión se engloba dentro del nuevo rumbo que parecen dispuestos a tomar los gobiernos europeos tras años de austeridad. No sancionar de manera económica a España, que hubiese supuesto el 0,2% del PIB -unos 2.000 millones-, fue el primer paso. 

Ahora, y tras la victoria de Donald Trump, la endeble recuperación económica puede necesitar estímulos para crecer a un ritmo decente. Hace escasos días el vicepresidente del Banco Central europeo (BCE), Vítor Constancio, pidió "más políticas macroeconómicas expansivas" para lograr que el crecimiento de los países europeos alcance cifras más robustas.

Ante el desembarco de los euroescépticos, la Unión Europea ha optado por reaccionar. Años de estrecheces fiscales han ayudado a que el rechazo hacia las autoridades europeas se extienda por todo el continente. El Brexit, la posible victoria de Marine Le Pen en Francia o el aumento de votantes de partidos eurófobos son algunas muestras de esa indignación.

Austeridad que no sólo ha inflamado a los populistas, sino que también ha evitado recuperar niveles económicos previos a la crisis. Desde Berlín siempre han optado por la ortodoxia económica, lo que ha supuesto muchos enfrentamientos con el BCE y el sur de Europa, que exigían un poco de aire, a pesar de sus abultados déficits. Puede que el inicio de la era Trump marque el punto final de la austeridad. 

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