China frena su crecimiento al 6,7% en el primer trimestre del año

El crecimiento de la economía china volvió a frenarse en el primer trimestre del año pero el fuerte aumento de la producción industrial en marzo podría ser una señal de que la desaceleración está tocando fondo.

En los tres primeros meses del año, el Producto Interior Bruto (PIB) de la segunda economía mundial aumentó un 6,7% con respecto al mismo periodo del año anterior, tras hacerlo en un 6,8% en el cuarto trimestre de 2015, indicó la Oficina Nacional de Estadísticas.

La cifra corresponde a la previsión media de un panel de 19 analistas consultados por la AFP, y es el dato trimestral de crecimiento más bajo en siete años.

A pesar del freno en el primer trimestre, las cifras publicadas el viernes revelan un importante aumento de la producción industrial en marzo de 6,8% con respecto al año anterior, muy superior al 5,4% acumulado en los meses de enero y febrero.

Esta recuperación es mucho más importante que la prevista por los analistas consultados por la agencia Bloomberg, que auguraban una progresión del 5,9%, y apuntan a una "desaceleración menos violenta de lo que muchos temían", resumió Louis Kuijs, analista del gabinete Oxford Economics, aunque globalmente las perspectivas "siguen siendo tibias".

China ya anunció la semana pasada una aceleración inesperada de la activad manufacturera en marzo, tras ocho meses seguidos de contracción.

Por su parte, las ventas al por menor, un barómetro sobre el consumo de las familias, aumentaron un 10,5% en marzo con respecto al año anterior, una aceleración también inesperada. Y la inversión en capital fijo, un indicador del gasto público en infraestructuras, subió un 10,7% interanual en el primer trimestre.

En el conjunto de 2015, el crecimiento en China fue de 6,9%, su nivel más bajo de los últimos 25 años, coincidiendo con una compleja transición económica desde un modelo basado en la exportación hacia otro más centrado en el consumo interno y los servicios.

Según la oficina de estadísticas, los esfuerzos fiscales del gobierno (con exenciones y aumento del gasto público) han contribuido ampliamente a esta "estabilización económica".

Una prueba de que el reequilibrio promovido por el gobierno está dando resultados es que el sector servicios representó el 56,9% del PIB chino en el primer trimestre, casi veinte puntos más que la industria.

No obstante, matizó la oficina de estadísticas, "se mantienen las dificultades vinculadas a los ajustes estructurales, y no pueden ignorarse las presiones a la baja".

Las autoridades chinas se han fijado un objetivo de crecimiento económico de entre 6,5% y 7%.

Para que el crecimiento no se quede por debajo del 6,5%, añade Louis Kuijs, "el gobierno deberá mantener sus medidas de apoyo, en particular sus inversiones en infraestructuras".

El buen desempeño de los datos "demuestra la capacidad de las autoridades" de "estimular la tasa de crecimiento económico a corto plazo", destaca Marie Diron, vicepresidenta de la agencia calificadora Moody's.

Sin embargo, eso "podría acentuar aún más los desequilibrios a largo plazo", añade, señalando "el fuerte aumento" de las inversiones de grupos estatales, en general poco rentables y muy endeudados.

En China, las industrias pesadas, en particular la siderurgia y la minería, siguen perjudicadas por la debilidad de la demanda, las sobrecapacidades y el endeudamiento. Pekín se ha comprometido a reducir esas sobrecapacidades, lo cual supondrá cuantiosas supresiones de empleos.

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