Cobo Calleja, el paraíso chino del 'todo a cien' al por mayor, al por menor y sin IVA

  • Este año la Agencia Tributaria ha incluido por primera vez a mil empresas del polígono entre los objetivos de "especial seguimiento" dentro de su Plan de Control Tributario.

    A pesar de ello comprobamos que en el polígono comercial más grande del continente muchos venden sin IVA a minoristas y a precio de ganga para bazares de toda Europa. 

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Cobo Calleja, el 'paraíso' fiscal que abastece a los bazares chinos en España.
Cobo Calleja, el 'paraíso' fiscal que abastece a los bazares chinos en España.
D.C.

"Sueltos cuestan 8,50 euros. Más barato no puedo. No cobro IVA". La voz de la empleada asiática surge desde el fondo de una tienda repleta de artículos electrónicos y tecnológicos. Nos encontramos en un espacio de no más de 40 metros cuadrados, atestado hasta el techo de reproductores de música, baterías para móviles y más... mucho más. Su nombre llama la atención a simple vista y resalta en un luminoso de la entrada: 'Área Mágica', dice, intermitente, en castellano y en mandarín.

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Su encargada está dispuesta a que le compremos unos auriculares con Bluetooth  sin exigir en absoluto que seamos clientes mayoristas (por lo que no es necesario llevarse el 'paquete' mínimo de 12 unidades) ni que paguemos el impuesto de valor agregado por el producto: "Por eso, mejor precio", explica sin despeinarse en el corazón del centro comercial 'China Center'. Una inmensa nave que alguna vez fue industrial y ahora está segmentada en más de sesenta tiendas en las que se pueden comprar desde carteras y bolsos hasta pelucas y ordenadores, pasando por camisas, juguetes y (casi) todo lo que a uno se le ocurra.

Es jueves, a media mañana, y recorrer Cobo Calleja, el polígono comercial más grande de Europa (situado en la localidad madrileña de Fuenlabrada) provoca sorpresas a cada paso. Ocupado en un 98% por propietarios de naves y tiendas asiáticas, abastece de productos chinos del 'todo a cien' (ahora ya habría que decir 'todo a un euro') a más 16.000 bazares del país y otros miles del continente. Sus establecimientos se encuentran hoy, como nunca antes, en el punto de mira de Hacienda.

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Este año, por primera vez, la Agencia Tributaria ha incluido específicamente a las más de un millar de empresas que se encadenan en sus calles entre los objetivos de "especial seguimiento" dentro del Plan Anual de Control Tributario y Aduanero para 2017. Es decir, los bazares chinos situados aquí se han convertido en uno de los objetivos prioritarios de Hacienda en la lucha contra el fraude, según reconocen a la informacion.com fuentes del organismo.

Detrás de esta medida se esconde un supuesto negocio fraudulento y una eventual práctica de competencia desleal que puede suponer un fraude de alrededor de un millón de euros, de media, cada mes. La ruta de los productos chinos nace en Cobo Calleja para abastecer a cientos de tiendas de todo el país, como quedó dicho. Desde hace años el Fisco intenta combatir las "actividades irregulares" que tienen que ver con las importaciones y distribución de productos de consumo, textiles y otros de origen asiático. Pero ahora ha decidido hacer una mención explícita sobre estos establecimientos y el mencionado segmento.

Nos adentramos en las calles del polígono repletas de comercios que ofertan prendas de vestir, complementos, tecnología, recuerdos de boda, artículos de decoración, juguetes y regalos tan baratos como 'sospechosos', en muchos de los casos.

¿Realmente los comerciantes han cambiado en algo sus aparentes prácticas y maneras de 'comercializar' las mercaderías que incluso expanden hacia Portugal, Francia y otros países europeos, mientras Hacienda ha decidido extender el cerco contra la evasión fiscal y las falsificaciones?El 'último' español de Cobo Calleja

A juzgar por Enrique Melero, de 56 años, la respuesta es un rotundo 'no'. Este hombre, propietario de una nave de tratamiento de maderas, es uno de los últimos ciudadanos españoles que pueden encontrarse en todo el polígono. Su establecimiento lleva casi medio siglo abierto, y él ha visto cómo los asiáticos han ido colonizando Cobo Calleja en las últimas décadas.

"Esto es una auténtica anarquía. ¿Dónde están las leyes y las reglas? Deben ser para todos por igual. Muchos de ellos (por los comerciantes y empresarios chinos) no cobran el IVA. ¿Cómo puede ser? Mire, esa tienda de lencería que está enfrente paga 3.000 euros al mes de alquiler y no entra casi nadie durante el día. Aquí solo circulan asiáticos con billetes pequeños, de 10 y 20 euros. Los de 50 y los de 100 no los ves nunca porque los usan para sacarlos del país", asegura ofuscado el hombre, cuyo establecimiento se sitúa en calle de la Bañensa, casi haciendo esquina con la avenida Manuel Cobo Calleja.

En esa arteria, la principal, que atraviesa todo el polígono, entramos a una tienda de ropa para mujer. Está situada en la intersección con la calle de Toreno. El cartel de la entrada dice bien claro: "Venta solo al por mayor". Pero, tras hablar unos instantes con su encargada, la mujer nos asegura que podemos llevarnos tres blusas a 5,50 euros cada una. Obviamente, incumple ella misma la propia reglamentación señalada en la fachada de su establecimiento. Por otra parte, una vez más, ofrece no facturar el IVA. Una situación similar ocurre en el negocio de moda de hombre que se sitúa enfrente. El vendedor nos propone vendernos seis camisas a 9,50 euros cada unidad. La supuesta norma 'escrita' que establece que solo está permitida la venta mayorista es papel mojado. Los hechos y la realidad diaria de Cobo Calleja así lo demuestran.

Seguimos avanzando entre el enjambre de naves inmensas que explotan de productos hasta los techos. 'Centro comercial Asia', 'Mundo China', 'Planeta Oro', rezan los neones, extravagantes y exóticos. En las calles casi resulta imposible encontrar sitio para aparcar y llama la atención la cantidad de vehículos de alta gama que están estacionados a la vera de la vía pública. A lo lejos, de pronto, una furgoneta de la Guardia Civil sortea el intenso tráfico y gira por la calle de Bembibre. Nadie parece sobresaltarse ante la presencia de uniformados del Instituto Armado y nada interrumpe el ajetreo habitual de este peculiar universo asiático enclavado en Madrid.

Resulta curioso, además, que no sean pocos los despachos de abogados y bufetes que ofrecen "asesoría de empresas, fiscal, laboral y contable" a los asiáticos. Entramos a uno de ellos, situado en el número 23 de la calle de la Bañensa. Nada más llegar a la segunda planta, cuesta entender cómo hay un 'ejército' de empleados en una oficina tan pequeña. Son al menos una veintena, casi todos de ojos rasgados. Una joven nos indica que la encargada del lugar está en una oficina al otro extremo del pasillo.

Tras llamar a la puerta, aparece un hombre de mediana edad. Se llama Luis, y es español: "No. La mujer que controla esto se ha marchado para comer y creo que no volverá. Yo solo le alquilo una parte de esta oficina, por 700 euros al mes", cuenta. "¿700 por 30 metros cuadrados de un despacho compartido?", le preguntamos, casi atónitos. "Sí, en realidad yo trabajo como comercial inmobiliario. Me dedico principalmente a alquilar inmuebles a asiáticos en Usera. Un local como el de aquí al lado, en el China Center (que por ubicación es como el 'Corte Inglés' de Cobo Calleja), cuesta 3.000 euros de media. Se paga una fortuna", asevera.

Los trabajadores asiáticos no hablan. Es casi imposible obtener un testimonio de ellos a lo largo de todo nuestro recorrido. Aquí trabajan unos 10.000 cada día, repartidos en una inmensa extensión de 165 hectáreas que parece quedarles pequeña. Varios se excusan porque "no hablan español", otros porque "no interesa" y el resto porque están demasiado "ocupados" en sus labores.

Finalmente, nos topamos con Manuel Serna. Es español, tiene 59 años y resulta un cliente habitual de Cobo Calleja. Una vez al mes viaja de Ciudad Real hasta aquí, para cargar hasta las cartolas su furgoneta. Él tiene una tienda de 'todo a cien' en su ciudad. Escoltado por dos jóvenes chinos que le ayudan a cargar la mercadería en su vehículo, no tiene problemas en hablar para la cámara y participar en el vídeo de este artículo: "Variedad y precio. Esas son las claves por las que vengo a comprar aquí. La oferta es muy completa y puedo comprar la mercancía al menos un 20% más barata que en otros lugares", concluye.

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