Según han informado a Europa Press fuentes de la Consejería, tras una investigación y la realización de diversas pruebas, tomates de dos invernaderos distintos de la misma explotación han dado positivo en esta sustancia, superando una de las partidas el límite máximo permitido de residuos fitosanitarios por la norma europea, y la otra dando positivo con muy poca cantidad.
Esta investigación se ha llevado a cabo después de que Holanda hubiera comunicado a la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea la detección de una partida de tomate de procedencia española con este regulador del crecimiento vegetal cuyo uso para tomates está prohibido en España.
Sin embargo, este producto destinado a acelerar la maduración, "sí está permitido para otro tipo de verduras, como el pimiento, e incluso está permitido para el tomate en otros países", según han añadido desde la Consejería, que además ha insistido en que se trata de una cuestión "puntual" ya que "el 99 por ciento de los productos almerienses hacen las cosas bien".
En esa línea, la titular del ramo, Carmen Ortiz, lamentó este viernes que una "sola producción" venga a poner en cuestión "el rigor y el buen hacer" del sector hortofrutícula almeriense, donde, tal y como destacó, el "90 por ciento de la producción de tomate se hace bajo control biológico y lucha integrada, un porcentaje que llega al cien por ciento en el pimiento".
Ante estos hechos, desde la Junta se ha abierto un expediente sancionador a la explotación agrícola almeriense en cuestión, según han informado las mismas fuentes.
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